1/ Sí, yo también he dejado
caza herida en el monte
Vaya…
que duro suena decirlo: “yo he dejado caza herida en el monte…” Esta es
una de las frases que menos oiremos nunca en la boca de un cazador. A nadie le
gusta decirlo, a nadie le gusta reconocerlo, es un recuerdo que a ningún
cazador le gusta recordar… y sin embargo prácticamente todos los cazadores
pasan por ello a lo largo de su vida, una o varias veces.
Todos conocemos en nuestras cuadrillas de caza
algún amigo que parece que ha sido bendecido por el mismísimo San Huberto, y
tiene la fortuna de que le entran muchos bichos, además tira bien, y encima
nunca los deja pinchados… pues tranquilo compañero, porque hasta ese afortunado
no ha dejado bichos pinchados “aún”.
Al buen cazador se le revuelven las tripas
cuando va de regreso a casa, si ha estado pisteando un animal herido durante la
jornada, y ha sido incapaz de encontrarlo. Tú sabes que te vas a dormir
calentito a tu cama, pero que ahí afuera dejas un pobre animal, que lleva las
tripas reventadas, y que va a sufrir una noche de intenso dolor, y una lenta agonía…
y ha sido por tu culpa. Para mi, este sentimiento ha sido uno de los más
difíciles de asumir como cazador.
2/ Error humano o fallo del
equipo.
No nos engañemos… en un 90% de los casos el
animal se va herido por culpa del cazador, que no ha ejecutado bien el lance,
que se ha precipitado, que no ha dejado cumplir al animal, que ha dado
gatillazo al disparar, que no ha sabido adelantar el tiro a un animal a la
carrera… mil posibilidades que hacen que el animal se vaya con una pata
colgando o con un tiro en la panza. La lista de errores del cazador es tan
larga… que aun no se como somos capaces de tumbar algunos jabalíes… si es que
no hacemos nada bien.
Aunque luego, en la junta de carnes, o por la
noche alrededor de un fuego, las cosas cambian, y casi siempre tiene la culpa
ese rifle nuevo, “que lo voy a cambiar en cuanto vuelva a casa”, o una bala que
no ha “picado”.
Aun cuando el error no es humano sino que es mecánico, en casi todas las ocasiones éste
también depende del cazador, ya que quizás ese rifle semiautomático no alimentó
correctamente porque no estaba bien limpio y engrasado, o hemos elegido el
calibre o la munición adecuada para la
caza de ese animal, y por eso la bala no ha penetrado lo suficiente. Mi buen
amigo Jesús falló uno de los mejores ciervos de su vida en la Sierra de
Albarracín, porque se le agotó la pila del visor holográfico un minuto antes de
que un venado enorme le pasara a la carrera a 20 metros de su puesto,
desde entonces siempre cambia las pilas del holográfico cada principio de
temporada.
Pero aun así hay un pequeño porcentaje de
veces, que el equipo también nos falla, y que un pistón bien picado no detona,
o que un arma se encasquilla y no permite doblar el disparo, o que un visor
recibe un ligero golpe inapreciable y nos mueve el punto de impacto. Eso nos
puede pasar a todos en algún momento, y sobre esa parte poco podemos hacer…
solo rezar para que nunca tengamos que lamentarlo delante de un animal.
3/ La colocación del disparo
Los animales se van heridos por una mala
colocación del disparo, esto es un hecho y no hay vuelta de hoja. Ya se… ahora
levanta uno la mano y asegura: “pues a mi se me fue un jabalí el mes pasado con un tiro perfecto de
paletilla…” vale, pero seguro que no era tan perfecto. Bien, para mi hay tres
tiros buenos, que son
el
tiro demoledor al corazón, que le coge el corazón propiamente dicho o los
grandes vasos que salen del corazón, y tiene una parada cardiaca y una
hemorragia masiva… y que el animal recorre cinco pasos y cae fulminado.
el
espectacular tiro a la columna vertebral. Si se ejecuta conscientemente es
cuando se apunta a la base del cuello, y el animal cae fulminado al instante
sobre su propia huella; no da ni un paso. También en ocasiones se da de manera
involuntaria, cuando nos sale un tiro alto, y alcanzamos al bicho en la espina
dorsal, quedando inmediatamente sentado al no poder usar sus cuartos traseros.
el
tiro a los pulmones. Este es un tiro mucho menos espectacular, y hay quien ha
perdido bichos con él (por no saber pistear) pero es tremendamente efectivo,
porque todos los animales con un tiro de pulmón están muertos después de una
carrera entre 200 y 400
metros. Pero este es un tiro correcto, y el cazador que
sabe que ha alcanzado a la pieza en esta zona de las costillas, debe insistir
en pistear su pieza, y debe hallarla, porque seguro que no está lejos.
Con cualquier otro disparo que no sean estos…
el animal puede irse herido, dejando rastro de sangre o no, y puede tardar muchísimo
en morir. Así pues, cuando no encontramos un animal… normalmente es que va
pegado… pero en una zona definitivamente no vital. Todos hemos encontrado alguna vez jabalíes
con tres patas, que han sufrido la amputación limpia de una pata por un balazo bajo, y que han
conseguido sobrevivir a la consiguiente infección, y que han continuado en el
monte, para acabar siendo cazados años después.
Cuando ejecutamos el disparo, si hacemos
disparos “de fantasía”, como apuntar a la cabeza, o el disparo de frente, sin
dejar que el animal se gire y nos de el costado… las posibilidades de pinchar
al animal se multiplican.
Hay un ejemplo muy ilustrativo, que viene al
caso que se da en la caza del elefante. La mayoría de los cazadores que vienen
a por un elefante vienen obsesionados por el “famoso” tiro al cerebro. Todos
han leído que si se tira de lado hay que apuntar al orificio del oído, y que si
es de frente hay que poner la bala a la altura de los ojos o un poco más abajo;
todos traen la lección aprendida, y la algunos rechazan el consejo del
profesional, que siempre aconseja el tiro más fiable al área de corazón/pulmón
(un blanco enorme y seguro). Pistear un elefante herido es de lo más fácil del
mundo, y uno con un tiro en los pulmones no va ir muy lejos… si le cruzas los
pulmones con tu bala, el elefante empezará a ahogarse y pronto detendrá su
carrera… tú nunca pierdes ese
elefante. Muchos cazadores han perdido
su elefante (y lo han pagado) porque han elegido libremente tirar a la cabeza,
han ejecutado mal el disparo, no alcanzaron el cerebro y el elefante se fue a
la carrera con un soberano dolor de cabeza… y nunca más volvieron a verlo.
4/ Los calibres
Meterse en el tema de los calibres
indudablemente es entrar en arenas movedizas… ya que los calibres buenos y
malos es el tema de discusión favorito de todos los cazadores. Yo no voy a
entrar en si el 30.06 Spr. es “el mejor calibre del mundo mundial” para toda la
fauna española (que no lo creo), o si el 7 Rem Mag es “pinchón” o no lo es (que
tampoco lo creo); esa discusión es motivo suficiente no para un artículo, sino
para una enciclopedia completa de balística.
Pero hay algunos hechos innegables en la
elección del calibre que si que afectan al tema de este artículo, que es la
caza herida. Los calibres ligeros producen heridas menores, y en el caso de
colocación incorrecta del disparo, es más fácil que el animal sea capaz de huir
y alejarse lo suficiente del sitio donde ha sido disparado, de modo que sea
imposible encontrarlo.
Es un tema de física sencilla. Si alcanzamos a
un ciervo en el corazón lo dejaremos seco en el sitio, independientemente de si
tiramos con un .243 o con un 8×68; pero si lo alcanzamos en los jamones de
atrás con un .243 se nos irá corriendo como un misil, y yo he visto como una
bala pesada del 8×68 le partía las dos caderas y dejaba a un ciervo anclado en
el sitio, permitiendo un segundo disparo de remate. En los dos casos el tiro es
igual de malo… pero el calibre pesado hace mucho más daño en el tiro malo… y
puede permitirnos cobrar el animal.
Hace dos años estaba yo en Sudáfrica cazando
con mi amigo Alejandro Martín, que llevaba en ese momento un 375 H&H con
puntas de 300 grains. A ultima hora de la tarde disparó sobre un kudu de frente,
y empezaron a pistearlo porque daba mucha sangre. Se les hizo de noche, y
dejaron el pisteo para el día siguiente; a la mañana siguiente mi profesional y
yo nos unimos a ellos para intentar encontrar el kudu herido. Eran las doce del
mediodía, y todos seguíamos aun caminando sobre el rastro del kudu, que seguía
dando sangre de vez en cuando… y nos tenía asombrados. Finalmente me saltó
desde debajo de una arbusto a mí, que lo abatí y pudimos comprobar que la bala
había impactado de frente pero alta, afectando solo a masa muscular sobre la
paletilla, nada vital, pero al tirar con una calibre enorme, el agujero de
salida le había arrancado un gran trozo de carne como una mandarina, y no había
dejado de sangrar en ningún momento. Los dos PH’s coincidieron en que si
hubiese tirado con un calibre inferior nunca lo hubiésemos hallado.
Así pues solo enunciare una conclusión sencilla
e innegable, y es que las municiones pesadas producen heridas mayores, que dan
mayores rastros de sangre, y que en el caso de colocación deficiente del
disparo hace más daño, es más fácil el pisteo y dificulta un poco más que se
nos queden animales heridos en el monte. Aunque obviamente nada es infalible… y
aun tirando con un poderoso 375 H&H también se pueden dejar animales en el
monte heridos, si tiramos mal, rematadamente mal… no vale ni aunque usemos un
lanzacohetes.
5/ La montería
Oh!! Anatema!!! Se va a meter con la montería española!! Pues si
señores… para mi desgracia y vergüenza, la montería española es una de las
modalidades de caza en la que más caza se queda herida en el monte, y eso me
desagrada profundamente.
Si tienen ocasión de hablar con la propiedad o
con los empleados de cualquier finca donde se hacen monterías, pregúntenles
cuantas reses encuentran muertas en las siguientes semanas… para mi es
vergonzoso como cazador oírlo. Animales que se han ido con un tiro en las
tripas y que han tardado ocho o diez días en morir en medio de una dolorosa y
lenta agonía ; eso no es para estar orgulloso.
Por desgracia, en pocos sitios se hace una búsqueda
en profundidad de los animales que se han ido heridos. Si disparas en una montería
sobre un guarro o un ciervo… mas vale que lo pares en los primeros veinte
metros… porque como se meta en el monte y camine quinientos metros… ya nadie
irá a por él. Esa es una desgracia, es una mala practica… y encima el montero,
por la propia normativa lógica de seguridad, tampoco puede moverse del puesto
hasta el final de la montería… lo que no facilita especialmente el seguir un
rastro ya por la tarde, quizás horas después de haber disparado y sin ser
especialmente diestro en el rastreo de animales heridos.
6/ África
Lo que nos pasa aquí en España no tiene nada
que ver con lo que pasa en África, por dos razones básicamente. La primera es
que en cualquier país de África los pisteros son fantásticos, y son capaces de seguir un animal sin que éste
deje ningún rastro de sangre. Los PH’s y los pisteros nativos les gusta que los
cazadores tiren al hombro, a romper las paletillas, ya que saben que un animal
con un tiro ahí no va a caminar muy lejos, y además se empanza muchas menos
veces a los animales. El nivel de destreza de los pisteros es tal que en muy
pocas ocasiones se quedan animales heridos que no sean capaces de encontrarlos.
En España a mi siempre me habían enseñado a tirar al codillo, justo detrás de
la paletilla, y no fue hasta que estuve varias veces cazando con cazadores
profesionales Sudafricanos cuando modifiqué mi habito y ahora siempre apunto
para alcanzar justo el hombro en la vertical de la pata delantera.
El segundo elemento diferenciador entre España
y África es que en España si se va un animal herido normalmente no pasa nada.
En África, si se encuentra una sola gota de sangre, el animal ha sido ya
cazado, y el cazador lo paga, se encuentre o no. Cuando hablamos de un búfalo
cafre, o de un leopardo… estamos hablando realmente de mucho dinero… así que el
cazador se lo suele pensar bien antes de apretar el gatillo, y se toma su
tiempo para hacer las cosas bien, y disparar tan bien como él sea capaz de
hacerlo.
Cuando uno va a empezar un Safari, especialmente a los cazadores novatos en África, yo siempre les advierto este tema de los animales heridos. No hay nada que contamine más el ambiente de un Safari que un cazador cabreado porque ha pinchado un bicho de los caros. Mi consejo es que antes de ir allí hemos de saber que a alguien de nuestro grupo le va a pasar, hay que tener asumido que alguien seguro que pinchara un animal, y que no se podrá recuperar y que pagará ese bicho.
Lo mejor es que todos los cazadores sepan que le puede tocar a él, que es un tema de estadística, y que puede que el animal pinchado sea un humilde facochero, o un exclusivo y caro antílope sable. Por lo tanto, si todos en el grupo lo hemos hablado, y todos lo tenemos asumido aunque cuando le pasa a uno nunca es agradable seguro que será más llevadero y por ello no nos amargara a experiencia del Safari (ni al cazador ni al resto de sus acompañantes).
7/ Conclusiones
Asi pues a nadie nos gusta dejar animales “pinchados” en el monte, y sin embargo pasa y seguirá pasando. Lo mejor es tenerlo asumido, pensar que antes o después nos pasará, y mientras tanto ir poniendo todos los medios para evitarlo.
El error humano es el mayor causante de que
dejemos animales heridos en el monte, y es nuestro deber de cazadores
responsables el intentar ejecutar bien los lances, el conocer nuestra arma, y
el saber disparar cuando realmente somos capaces de colocar el disparo en los
órganos vitales del animal.
Si aun habiendo hecho cuanto está en nuestra
mano para ejecutar bien el lance, hemos herido un animal, debemos siempre
intentar seguir el rastro, tanto como nos sea posible con nuestras habilidades
y recurrir a la ayuda de compañeros o de perreros si no somos diestros en el
pisteo (intentando aprender para futuras ocasiones). En muchísimas ocasiones
nos encontraremos con que ese ciervo lleva un tiro en los pulmones y se ha echado
a solo doscientos metros bajo un enebro, para morir allí con los pulmones
encharcados. Siempre debemos seguir los animales que creamos que posiblemente
están heridos… y nos sorprenderá ver que encontramos más de los que
esperábamos.
Cuantas
veces nos han hecho esta pregunta algunas de las personas de nuestro entorno
que no cazan. Lo primero que hemos de valorar es que solo el hecho de que nos
pregunten es muy positivo, ya que nos permite responder y explicarnos; la gran
mayoría de gente no nos entenderá y ni siquiera nos preguntara porque cazamos…
simplemente nos criticaran, y pretenderán acabar con nuestra actividad milenaria.
Así que cualquiera que nos pregunte nos está dando una oportunidad de razonar,
y todo aquel con quien se pueda razonar ya no es un animalista radical
incendiario. En los tiempos que corren… esto es una inmensa oportunidad que no
debemos desperdiciar.
POR TRADICION
Muchos
cazadores salimos cada domingo al campo porque es una tradición, social y
familiar. La caza se lleva practicando en España como una actividad
lúdico/social desde hace cientos de años, en todos los pueblos de cualquiera de
nuestras provincias.
Que
mejor podemos hacer en un domingo de invierno que juntarnos con nuestra
cuadrilla, como hicieron antes nuestros padres y nuestros abuelos, y salir con
tu gente al monte a hacer un gancho a los jabalíes, o dar un paseo con nuestros
amigos y perros por el campo en busca de perdices.
La
caza la llevamos realizando desde que el hombre es hombre, nos lo han inculcado
nuestros mayores, nos han enseñado a cazar, como a ellos les enseñaron hace
muchos años. No queremos perder esa tradición.
POR CARNE
La
caza llena nuestros congeladores de la mejor carne que nuestros campos
producen, libre de hormonas, de aditivos y de antibióticos. Nos encanta hacer
embutidos que podemos comer con nuestras familias, y saber que les ofrecemos
comer sano, y que esa carne es el fruto de nuestro esfuerzo.
La
gastronomía está llena de recetas maravillosas con las que poder disfrutar de
las piezas de caza que abatimos. Desde perdices encebolladas, a paellas de
conejo, o guisados de ciervo… cualquiera de ellas nos permite aprovechar esos
productos fantásticos. Nosotros obtenemos mediante la caza la mejor carne que
podemos conseguir, y la aprovechamos éticamente.
POR EL TROFEO
No
todo es carne, ni es solo tradición… a cualquier cazador le encanta conseguir
ese gran jabalí con navajas en la boca, ese viejo macareno que se las sabia
todas, que les había dado cien vueltas a otros cazadores durante años, pero que
un día se equivocó y tú estabas allí para aprovechar su error y hacerte con él.
La
caza por el trofeo es una justificación tan buena como cualquier otra; el ir
haciendo a lo largo de los años una
bonita colección de trofeos de caza en tu pared, que van a ir recordándote
lances, viajes, aventuras, paisajes, compañeros… las vivencias de toda una
vida. Tu sala de trofeos (sea mas grande o mas pequeña) es tu santuario
personal, donde has ido acumulando las experiencias de tu vida.
POR ESTAR EN CONTACTO CON LA
NATURALEZA
Hay
distintas maneras de disfrutar de la Naturaleza, y obviamente hay quienes la
disfrutan haciendo senderismo, escalando o cogiendo setas… yo las respeto
todas, pero para un cazador hay pocas vivencias tan íntimas y satisfactorias
como la soledad en el monte. Una espera nocturna a los jabalíes, en la que
escuchas todos los sonidos de la noche, o una salida al amanecer al campo con
tu perro en busca de perdices, donde lo ves trabajar entre las brumas del
amanecer… son vivencias incomparables.
La
Naturaleza es fascinante, y el cazador está enamorado de ella. La caza te
convierte en parte de la naturaleza, dejas de ser un espectador, para
convertirte en parte de la cadena alimentaria, eres un protagonista más en el
monte… sentirse dentro de todo eso es incomparable.
POR GESTION DE LA FAUNA
La
caza es un instrumento de gestión de las poblaciones animales. La caza sirve
para regular los desequilibrios en determinadas zonas, para evitar superpoblaciones,
para eliminar excesos de machos o de hembras, para proteger a los agricultores
que se ven perjudicados por presencia excesiva de animales que se comen sus
cultivos.
La
caza evita que en determinadas áreas se acumulen sobrepoblaciones de herbívoros
debido a la ausencia de depredadores naturales, evitando que esas
superpoblaciones den paso a problemas sanitarios como pestes, sarna etc…
Los
animales no viven aislados en un mundo Disney, sino que tienen que convivir con
los humanos, y con sus actividades económicas. La caza es la que ayuda a la
gestión de esos conflictos, y a evitar fricciones entre la fauna y las
poblaciones locales.
Asimismo
en el caso de determinadas especies realmente peligrosas para el ser humano,
como cocodrilos, leones, elefantes, leopardos, la caza es la que se encarga de
aquellos animales individuales que por su comportamiento o situación se han
convertido en un peligro para los habitantes de la zona.
POR CONSERVACION
La
caza es el mejor aliado de la fauna, y esto es algo que a los anticaza les
levanta ampollas. El primer conservacionista, y el que más cuida la fauna es el
cazador; porque tiene un profundo interés en ello.
Yo
aceptare que haya quienes no compartan nuestro modo de hacerlo, o quienes
incluso critiquen que ayudamos a la conservación de las poblaciones animales
para que haya muchos animales y después cazarlos… todo eso lo acepto. Pero lo
cierto es que los cazadores somos quienes ponemos bebederos para las perdices,
quienes ponemos comederos para los venados o jabalíes en los meses más duros, y
los que no queremos que haya furtivos que maten la caza indiscriminadamente.
En
aquellas zonas donde se caza, las poblaciones de animales son florecientes, y
aumentan. En las zonas donde no se caza… la fauna va desapareciendo poco a
poco. En África dicen “Who pays, stays”,
que más o menos quiere decir “el que paga
se queda”; porque aquellos animales que son beneficiosos para el hombre, y
que tienen un rentabilidad, se cuidan, se protegen, se cazan, y cada vez hay
más.
POR CONSEGUIR UN ESTADO DE
PAZ EN TU ALMA Y EN TU ESPIRITU
La
actividad cinegética es algo relajado, algo opuesto a la vida que ahora
llevamos en una sociedad moderna. Para cazar un animal has de ponerte de alguna
manera en su nivel, y el animal no tiene prisas, no tiene horarios, él solo
tiene las estaciones del año… tú has de abstraerte de los horarios, de la
agenda, de las prisas… y eso te lleva a un estado fantástico de paz interior.
Los ritmos cambian… y para cazar tú has te adaptarte a ese ritmo animal, al
ritmo pausado de la Naturaleza.
Para
cazar ese macho montes viejo que sabes que está en la sierra, y que viste un
día de verano… tendrás que subir a la sierra muchas veces para intentar
localizar por donde campea, crees que tendrás que buscarlo cuando salga a las
siembras en Abril, cuando los primeros brotes empiecen a apuntar, y el viejo
macho no tenga otra comida en el monte… A veces el conseguir un determinado
trofeo es un proceso de meses… y ese proceso en tu mente te aleja de los
problemas, de las preocupaciones, y del ruido de cada día.
CONCLUSION
Es
muy complicado explicar porque cazamos, porque cada cazador lo hace por una
mezcla de todas las razones que hemos enumerado anteriormente. Cada quien tiene
más peso en unas razones y menos peso en otras. Lo que sí es importante, en un
momento en el que hay mucha presión por parte de grupos ecologistas radicales,
es que debemos hablar, debemos explicar, y debemos preocuparnos de transmitir
nuestro mensaje a todos aquellos que quieran escucharnos.
Los cazadores debemos aprovechar cada ocasión
que surja para explicar en nuestro entorno lo que hacemos y porque lo hacemos.
Explicar a quienes nos pregunten porque la caza es buena para la fauna, porque
en las zonas donde se caza sigue habiendo cada vez más poblaciones de animales…
debemos hacer ver que hay otro punto de vista… no solo el de los animalistas,
que ya se encargaran de demonizarnos todo lo que puedan.
Como
cazador responsable, si estas realmente enamorado de la caza, tienes una
obligación; esta obligación es hacer notorio nuestro punto de vista, explicar cómo
pensamos los cazadores, y que es lo que hacemos. Siéntete responsable de
explicar NUESTRO mensaje, que no sea solo el mensaje de los que nos critican el
que llega al gran público. Para ello, cada uno de nosotros debe llegar a su pequeño
círculo, a los vecinos, a los padres del colegio o a los compañeros de trabajo.
Tú eres el último responsable de que esas gentes que te rodean también escuchen
una versión sobre la caza… la nuestra.
LEONA DEL KALAHARI : MI ENCUENTRO CON LA CAZA PELIGROSA
La experiencia de la caza peligrosa nada tiene que ver con la caza de cualquier otro animal; la sensación de peligro, la adrenalina en tus venas y el pulso acelerado… son algo que puede llegar a crear adicción entre los cazadores que ya la han probado alguna vez.
1/ LA DECISION
Hace unos meses, hablando junto al fuego con mi buen amigo Adam Barnard, propietario de SpitSkop Safaris ( www.spitskop.co.za ), comentamos que después de muchos antílopes y facos abatidos, quizás podía dar el salto a la caza de especies peligrosas; parecía el paso natural que llega a dar el cazador de safaris después de un tiempo cazando antílopes…
las primeras huellas con esto empezo todo
Inicialmente me mostré sorprendido… no había entrado en mis planes hasta el momento… porque lo consideraba algo inalcanzable.
Después comenzamos a discutirlo… elefante y rinoceronte estaban descartados porque escapaban a mi presupuesto, de modo que tendría que ser búfalo o uno de los grandes gatos.
Finalmente también descartamos el búfalo, ya que para encontrar ofertas de búfalos grandes a buen precio tendría que ir a Zambia o Zimbawe, y no quería ir a esos destinos este año; y entre leona y leopardo… la leona seria a la huella, y el leopardo sería con cebo a la espera… de modo que finalmente me decidí por la leona a la huella… básicamente porque yo nunca he sido esperista… y ese sistema de caza no me convencía tanto, a pesar de la insistencia de mi amigo Adam en que podíamos encontrar un gran leopardo macho muy escurridizo que hacia tiempo que estaba dando problemas en una granja cercana a la suya.
Así pues decidimos que iríamos a por una leona, una autentica leona del Kalahari, y que ese seria mi bautismo de fuego en la caza peligrosa. Comprobamos las agendas de ambos, y la fecha quedó fijada para primeros de Agosto.
2/ EL ARMA
Dado que yo tenía unos meses para prepararlo todo y que la pieza lo merecía, dedique especial atención al arma y la munición que llevaría. Los grandes felinos, tanto león como leopardo no son animales especialmente duros, de modo que la limitación legal en Sudáfrica que obliga a cazar los Big Five con un calibre mínimo de 375, era suficiente para mis propósitos. Por lo tanto mi viejo CZ calibre 375 H&H, que tanta carne había ya hecho en anteriores safaris para mí , seria el encargado de acompañarme con la leona.
375 H&H el calibre de layenda
El problema de los leones, según los entendidos, es que a la hora de encajar el tiro son dos animales distintos. Cuando está relajado, en el primer disparo, se trata de un animal relativamente blando, e incluso un calibre medio seria más que suficiente para abatirlo con garantías.
El problema es que si el león herido carga hacia los cazadores, se trata de otra fiera completamente distinta, es un paquete de músculos tensionados, cargados de odio, que viene hacia ti a 65 Km./h con manifiesta intención de saltar a tu cuello, y para parar esa posible carga es para lo que necesitas un calibre realmente contundente… para lo que necesitas confiar en el 375 H&H.
La punta la tenia muy clara… mi rifle agrupa mejor con los proyectiles de 300 grains; así que busqué una punta muy blanda de ese peso. Me decidí por la munición de Federal, que siempre me ha dado buen resultado, y que ya sabia por experiencias anteriores que son balas muy blandas y se deforman adecuadamente aun en animales de talla media. Hice unas cuantas pruebas en España, antes de viajar, y tanto la agrupación, como la expansión del proyectil fueron satisfactorias.
3/ LA CACERIA
Llego el día señalado, y bastante antes del amanecer ya estábamos en camino, habíamos salido de madrugada de Kimberley (Sudáfrica) dirección Norte, buscando el desierto del Kalahari. Me acompañaba mi buen amigo vitoriano Fernando Careaga, hombre sereno y seguro con el rifle, que iba a ser mi rifle de apoyo en la cacería; y ambos teníamos dentro los nervios propios del reto al que nos enfrentábamos.
Fernando andaba preocupado por su misión como rifle de apoyo, y le preguntó a Adam durante el trayecto “Si la leona carga… ¿donde le apunto?”, y su respuesta fue muy clara, “si carga todo será muy rápido, así que en cuanto tengas algo amarillo en la cruz, dispara”.
Queríamos llegar a la zona de caza pronto por la mañana, para aprovechar la primera hora… antes de que los leones se echasen a la sombra. Sin embargo, nos encontramos con un día lluvioso, con un cielo gris y plomizo muy inusual en invierno en Sudáfrica… por lo que la caza estaba bastante tapada y los leones se habían movido muy poco esa mañana.
Pasamos una par de horas buscando huellas frescas de leones, y no había manera. La finca tenía más de 50 rinocerontes blancos que encontrábamos constantemente, y estaba plagada de waterbuck, springbok, bontebok, jirafa, kudu… parecía que había allí de todo menos leones… que es lo que nosotros buscábamos. El cazador profesional me dijo que si por un casual encontrábamos leones cuando fuésemos sobre el vehiculo, pasaríamos de largo, y que volveríamos a por ellos andando… yo no estaba dispuesto a que el recuerdo de la caza de mi leona fuese un tiro rápido desde lo alto de un coche.
Cazador con Leona
Finalmente encontramos las huellas de un gran macho, que caminaba junto a dos leonas. Los trackers nativos comenzaron a seguirlas, y pronto el macho abandono a las hembras, lo que convenía mucho a nuestros propósitos, puesto que no queríamos disparar contra un animal que estuviese en un grupo… porque nunca sabes si van a cargar más de una leona cuando dispares.
La primera leona que encontramos se encontraba echada en un extremo de la finca. El cazador profesional no quería tirarla junto a la linde de la finca por la peligrosidad que entrañaba, ya que si arrinconábamos a la leona, y ella se sentia atrapada, las posibilidades de que se abalanzase contra nosotros al acercarnos, incluso antes de dispararla, eran muy altas. Así que decidimos seguir buscando otra leona que nos ofreciese una mejor oportunidad.
Así pues seguimos buscando la segunda leona, y pronto los trackers nos avisaron que la leona estaba echada a unos 700 metros en una gran pradera de hierba seca amarilla que teníamos delante de nosotros.
En se momento en que ya teníamos la leona elegida localizada, el ambiente de la cacería cambio completamente; los profesionales estaban muy serios, todo el mundo comprobó sus rifles, se quitaron los seguros de las armas, y nadie decía nada… aquello no era ninguna broma. Todo el mundo sabía lo que tenia que hacer, y comenzamos a caminar por aquella pradera, concentrados, en silencio… mirando hacia delante, buscando la leona amarilla en un mar de hierba igualmente amarilla.
Los nervios me agarraban la boca del estomago, el pulso se me aceleraba… y mi cabeza no dejaba de repetir “dispara y carga, dispara y carga… hasta que la leona este en el suelo… no la dejes cargar hacia nosotros”. El paseo por la llanura de hierba amarilla duró unos diez minutos… que me parecieron horas. Las sensaciones que tuve dentro mientras avanzaba… esas emociones son mi tesoro… ese rato de caminata en silencio avanzando hacia el león es algo que yo no le cambiaria a nadie; eso queda en tu memoria para siempre, y es prácticamente imposible explicarlo con palabras.
En un momento determinado, Adam señalo hacia delante, en silencio, y plantó el trípode delante de mí. En aquel momento mi concentración era total… yo solamente veía hacia delante, deje de tener visión periférica y solo veía aquella “roca amarilla” que se adivinaba entre la hierba a unos 70 metros de nosotros, y todo el nerviosismo anterior desapareció de golpe. Solo estábamos la leona y yo, nadie más… nada más.
Autor con leona
La “roca” se movió ligeramente, y pude reconocer las puntas de las orejas que eran color chocolate, y la parte de atrás de la grupa, que se ocultaba tras unas hierbas altas. Me fui al trípode, me encare el rifle, y mire por el visor; y la parte visible de la leona no era más que la grupa, y la parte de arriba de la cabeza con sus orejas marrones, el animal era de color amarillento, y estaba echado, oculto por la hierba que tenia prácticamente su mismo color. Estime donde debería estar la paletilla, y apunté el rifle a la hierba… rezando para no hacer bajo y enterrar la bala bajo su pecho… tenia que ser ahí… apreté despacio el gatillo… y el disparo sonó como un cañonazo.
Desde ese momento todo fue extremadamente rápido, la leona saltaba por el aire rugiéndonos amenazadora y yo ya estaba recargando, disparar y cargar pensaba yo, cayó al suelo, se revolvió hacia nosotros y yo ya tenia la cruz sobre su pecho y dispare de nuevo, volvió a saltar al encajar el segundo disparo, y cayo al suelo sobre el lomo, con las patas al aire… yo ya estaba preparado para el tercer disparo… espere dos segundos dudando… se movía lentamente… dispare el tercero… y la leona quedó inmóvil.
En se momento todo el mundo a tu alrededor, que durante unos instantes funcionaba a cámara lenta, vuelve a su velocidad normal. Sonrisas nerviosas, felicitaciones… y una extraña sensación de relajación… de satisfacción por haberlo hecho correctamente… y de admiración ante la belleza del animal que yace muerto a tus pies.
4/ LAS SENSACIONES
Es francamente difícil explicar las sensaciones que pasan por tu cabeza en el momento en que estas caminando acercándote al león… ya que la concentración es absoluta. La adrenalina a chorro por tus venas hace que tu pulso esté acelerado, y que tus facultades estén absolutamente concentradas en una única misión… el león que tienes delante.
Tienes miedo, por supuesto que tienes miedo… si no tienes miedo eres un inconsciente. Estas enfrentándote a un león, un animal que si lo hieres va a cargar contra ti o contra tus compañeros, y si carga… el resultado siempre es incierto, porque ni el mejor tirador puede garantizar que será capaz de colocar correctamente su bala en el cerebro a un blanco que carga a 65 Km./h contra él y que tardara 4 segundos en cubrir los 70 metros que le separan de tu pecho.
Leona primer plano
Pero ese miedo es el que te espolea, y el que agudiza tus sentidos… es el que hace que des lo mejor de ti mismo… lo que no debe ocurrirte es que ese miedo te paralice o te haga fallar. Ahí es donde te pruebas a ti mismo… cuando ves como reaccionas ante una situación de peligro real, con el gato mirándote fijamente, agazapado entre la hierba amarilla.
Cuando después ves al gato muerto, con fieros ojos amarillos, y una boca de pesadilla… sientes respeto hacia el animal. Te das cuenta que para enfrentarte a él has ido con cuatro rifles, con el mejor arma que has podido elegir, y que los humanos somos pequeños y débiles en el cruel mundo Africano… y que él es el autentico Rey porque todo en él muestra fuerza animal y majestuosidad. Enfrentarte al león es un reto, y que nada tiene que ver con la caza que has conocido anteriormente, y entiendes porque hay quien se vuelve adicto a la caza peligrosa, porque no se parece en nada a cazar un venado, un facochero o un kudu. Esto es otra cosa.
Después, cuando vuelves a España, emocionado por tu aventura, arropado por tu cuadrilla de amigos que vienen de África contigo, tan emocionados como tú, que entienden y comparten perfectamente esta sensación; lo cuentas con toda tu ilusión a todos los que te rodean, intentando transmitir la belleza de lo que has sentido… y te encuentras con caras de asco entre tus compañeros de trabajo, miradas de horror ante lo que cuentas, o comentarios como “¿y no te daba pena?”. Te sientes muy alejado de ellos y te das cuenta de que ellos están tan distantes de lo que tú sientes, que nunca lo llegaran a entender, y que nunca se les pondrá la carne de gallina cuando escuchen el rugido del león salvaje… porque ellos nunca lo oirán.
Y cuando todo ha acabado, cuando estas con tus compañeros de caza, con un ron en la mano, frente al fuego… te invade la satisfacción y el orgullo de haber hecho algo especial, algo que tu y un puñado de cazadores tan envenenados como tu, sabrán valorar en su justa medida. Sientes que estas entre los pocos afortunados de haber cazado un león… has cumplido un sueño.
Así que finalmente te das cuenta de que la experiencia que has vivido, es única, es una vivencia que podrás contar a tus nietos, y que te enriquecerá como persona y como cazador… pero que solo otros cazadores pueden llegar a entender la dimensión de lo que has hecho, y solo otros cazadores entenderán tu deseo de volver a poner la cruz de tu visor sobre la paletilla de otra leona o de un gran bufalo macho… tan pronto como sea posible.
El Ñu es uno de los grandes iconos africanos, si hay una imagen que siempre nos viene a la cabeza al pensar en África, son las grandes migraciones de Ñus azules que recorren los Parques nacionales de Kenya y Tanzania, y que son esperadas en los pequeños ríos por hambrientos cocodrilos. Los grandes documentales de fauna se han encargado de repetirnos estas magnificas imágenes y hasta quienes no entienden nada de fauna africana suelen ser capaces de identificar a un ñu.
El Ñu azul (Connochaetes taurinus), con su cara triste y su desgarbado corpachón es uno de los animales más conocidos de África. Pese a que muchos se inclinarían a pensar que es un bóvido, emparentado con los toros y bueyes del mundo no es así ; es un antílope más, demostrando la adaptabilidad al entorno natural de este grupo animal, que va desde el diminuto duiker rojo hasta el inmenso eland de Derby.
2/ Ñu azul: El Búfalo de los pobres
El Ñu azul (Connochaetes taurinus) es una de las especies de antílopes más adaptables, y por ello ha colonizado con éxito una parte muy importante del Africa al Sur del Ecuador. Se trata de una animal de llanura, que se alimenta de pasto, y que gusta de vivir en grandes manadas. Estas manadas, que en las areas abiertas pueden componerse de miles de ejemplares, son protagonistas de algunas de la mayores migraciones de animales del mundo, siendo esta una de las razones que les ha hecho famosos, y los ha convertido en un atutentico “icono” de la fauna africana.
En el pasado alguien le describió, como un animal, con los cuartos delanteros de un toro, los cuartos traseros de un antilope y la cola de un caballo. Es innegable que es una animal con personalidad propia.
Hay varias subespecies de ñu, y siguiendo la clasificación oficialmente aceptada del SCI, son las siguientes :
Ñu azul común (Connochaetes taurinus), es el más ampliamente extendido, coloniza fundamentalmente el cono Sur de Africa, extendiendose sobre Sudáfrica, Namibia, Bostwana , Zimbawe y Mozambique. Es el más ampliamente extendido, y su caza es muy común.
Ñu de Nyasa (Connochaetes taurinus johnstoni), el menor de todos los ñues , con un color más gris marronáceo, en ocasiones incluso color café con leche. La mayoria de los ejemplares suelen presentar una ancha banda blanca horizontal en el morro, debajo de la altura de los ojos. Se extiende por Tanzania y algo del Norte de Mozambique, siendo tradicionalmente los mejores ejemplares los que han sido cazados en la zona de Selous (Tanzania)
Ñu de Barba Blanca (Connochaetes taurinus albojubatus), se trata de un ñu de coloración pálida, y su característica más destacada es la presencia de una barba amarillenta. Se extiende por Kenia y el Norte de Tanzania. Es en tanzania, en la zona de Masailandy del Lago Natron, donde se han abatido algunos de los ejemplares de mayor trofeo de la historia.
Ñu de Cookson (Connochaetes taurinus cooksoni) Es el mayor de todos los ñues, tanto de cuerpo como de cuerna. Su color es gris claro, como ceniza, y sus crines y barba completamente negras. Es endémico de Zambia, y los mejores ejemplares se cazan en el famoso Valle de Luangwa. Se trata de una variedad muycodiciada por los cazadores por lo dificilque es conseguirlo.
Nu azul
Esta es una de las especies favoritas para los cazadores locales, que buscan la carne de caza para llenar su congelador; como es una especie muy frecuente, su precio es moderado, y como es un animal grande es la especie con mejor relación precio/kilos de carne. Los cazadores locales normalmente obtienen un precio muy inferior al de los cazadores internacionales que buscan un trofeo, pero están limitados a cazar animales jóvenes o hembras, que buscan solo por su carne y por su piel.
La piel de los ñus azules, es muy hermosa, y sin embargo hay muchos cazadores deportivos internacionales, que no la valoran apenas, probablemente por desconocimiento, y ni siquiera la piden para que se la curtan. La piel tiene un pelo muy corto y compacto, brillos iridiscentes en los costados grises, y los machos tienen unas bonitas franjas negras en los costados… y además tiene una larga crin negra en el lomo… no lo duden la próxima vez que maten uno… es una preciosa alfombra.
3/ Ñu negro: El payaso de la pradera.
Aunque tambien se le llama ñu, no tiene nada que ver con el anterior, el ñu negro o ñu de cola blanca (Connochaetes gnou) es un animal mucho más pequeño que su primo azul, y además es endémico del Africa Austral.
Animal de comportamiento gregario, que gusta de vivir en grupos numerosos preferiblemente en terreno abierto y llanuras, donde puede ver de lejos la llegada de los depredadores.
Black wildebest
Durante la epoca de la colonización de Sudáfrica del s. XVIII, y la posterior extensión de las fincas ganaderas por el pais, se le consideró competencia directa del ganado doméstico, y por ello se le cazó hasta llevarlo casi a la extinción. Curiosamente, su estrategia defensiva de mantenerse siempre a descubierto para ver acercarse a sus depredadores no le sirvio de mucho frente a las armas de fuego de los colonos del siglo pasado.
Si pasas un tiempo observandolos, pronto entiendes porque obtuvo el sobrenombre del “payaso de la pradera” ya que un grupo en aparente tranquilidad, de repente comienza a agitarse, y los ejemplares se persiguen saltando alocadamente. Los machos frecuentemente pelean entre si, e inician alocadas carreras sin motivo aparente.
4/ La caza
Ambas especies representan un atractivo reto para el cazador que pretende abatir un buen macho. Se trata de una especie de precio medio, que siempre se suele incluir en la lista de cualquier safari, porque su caza aporta mucha emoción y se trata de un trofeo muy valorado por el cazador.
Se trata de uno de los antílopes más grandes, los machos de ñu azul de mayor tamaño sobrepasan los 240 kilos, y los cazadores profesionales lo consideran uno de los más duros para abatir después del poderoso eland. Nunca debemos enfrentarnos a la caza de un ñu con calibres pequeños… o puede hacernos sufrir mucho. Es especialmente resistente en los tiros de pulmón, esto significa que si con el disparo efectuado solamente le afectamos un pulmón, y consigue respirar con el otro… puede caminar muchas horas y muchos kilómetros herido de muerte.
Ñu azul
Especialmente importante es un animal muy duro y resistente como este es el uso de municiones con buena capacidad de penetración. Las balas con núcleo soldado a la camisa (cualquiera bonded, tipo RWS EVO o Norma Oryx) o aquellas con frontal expansivo y culote muy duro (Nosler Partition, RWS DK, A-Frame, etc..) son las más adecuadas ; mientras que las balas muy blandas de expansión rápida ( tipo Remington Core Lockt o cualquier proyectil de punta de plastico) no son demasiado adecuadas.
No es difícil ver a las manadas de ñues, normalmente no se ocultan demasiado… de modo que pronto los localizaremos, aunque lo malo es que… normalmente ellos también nos habrán visto a nosotros. Con los prismáticos determinaremos desde la distancia si hay en la manada algún macho grande que nos interese abatir. Una vez localizado, si el animal nos interesa, comienza lo divertido… vayamos a por él.
En estas especies de animales gregarios, en los que siempre hay muchos ojos y orejas atentas, el acercamiento a la manada es realmente complicado, ya que con que una hembra cualquiera se muestre nerviosa y arranque a correr… arrastrará al resto de la manada, y nuestra tarea de acercamiento tendrá que volver a empezar. Así que con viento de cara e infinita paciencia nos iremos ocultando tras la vegetación, hasta ponernos a distancia de tiro, pero todavía no tenemos solucionado el problema… ya que en la caza de animales que viven en manadas habremos de esperar a que nuestro objetivo se quede “limpio” sin ningun congénere por delante ni por detrás (que podríamos alcanzar con nuestro disparo).
Por ello normalmente hay que tener una buena posición de disparo, y esperar inmóviles con paciencia infinita a que el macho que nos interesa se quede solo, y rezar mientras tanto para que ninguna hembra o macho joven nos detecte y se eche a correr.
Si todo ha ido bien, y conseguimos que se quede solo nuestro macho, deberemos buscar el disparo al hombro, que cruzará ambos pulmones y romperá las paletas. En Africa se prefiere siempre el disparo al hombro, por su efecto rompedor, mucho más valorado que el tradicional disparo en España donde se suele apuntar al codillo, justo detrás de la pata delantera.
5/ Estimación del trofeo.
Los ñues en general no son trofeos demasiado faciles de valorar en el campo, de modo que lo mejor es siempre fiarnos de nuestro cazador profesional, pero hay algunas reglas sencillas que nos ayudaran a tener un cierto criterio.
El autor con un viejo macho de ñu azul
Los ñues negros que presentan un buen trofeo deberán tener una curvatura inferior muy baja, por debajo del nivel de los ojos, y las puntas muy altas, como veletas que sobresalen por encima del craneo. El boss ha de ser amplio y bien desarrollado.
En el ñu azul debemos buscar machos con bases anchas, y para valorar la longitud de los cuernos debemos compararlos con las orejas extendidas.
si las orejas del animal quedan a la misma altura de la parte exterior curva que forman los cuernos es un macho tirable.
cuando las orejas del animal quedan por dentro de la curva que forman los cuernos es un buen macho.
si las orejas del animal quedan dos dedos por dentro de la curva que forman los cuernos es realmente grande.
6/ Conclusión
El ñu azul es uno de mis animales favoritos, he cazado bastantes, algunos de ellos son muy buenos, y sin embargo es un animal cuya caza me sigue atrayendo, y normalmente siempre está incluido en la lista de los animales que intento cazar en cada Safari .
Cazar un buen ñu un reto para todo cazador, porque aunque hay muchos ñues… no hay muchos grandes machos. Que no se trate de un animal especialmente caro o exclusivo no debería restarle nada de atractivo, ya que es un excelente trofeo, un animal complicado de cazar, y que siempre hace sufrir al cazador que lo persigue. Cuando esté preparando su proximo Safari… haga un hueco para meter al ñu en su lista… seguro que no se arrepentirá.
Jose María Aranda
Spitskop Safaris
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Hipopótamo (Hippopotamus amphibius) es uno de los más conocidos iconos de África, su imagen masiva de corpulencia es una de las más impresionantes que te puedes encontrar en la fauna africana.
Hipopotamo con el disparo en la frente
Los hipopótamos son animales únicos y absolutamente peligrosos, ninguna otra pieza de caza se le parece, y su caza en un entorno acuático siempre resulta un reto interesante. Aunque tradicionalmente no está considerado entre “Los 5 Grandes”, que son león, leopardo, elefante, búfalo y rinoceronte; claramente es el “Sexto grande” ya que nadie duda que la caza de este coloso es una actividad peligrosa.
Biología y comportamiento
Hembra de hipopotamo con cria
El hipopótamo es un animal semiacuatico tremendamente agresivo, que es temido por esta causa en toda África, y además es el tercer mamífero terrestre más grande del mundo, después de elefantes y rinocerontes. Lidiar con un hipo enfadado no es una actividad cinegética que puedan llevar a cabo quienes no estén seguros de tener sangre fría y nervios templados.
Es un herbívoro, que pasta en la hierba cercana a los ríos, que por tener una piel delicada debe pasar las horas de sol refrescándose en el rio, ya que al tener la piel carente de pelo no aguantan una exposición prolongada al duro sol del día. Sin embargo a la caída de la tarde, los hipopótamos salen del agua, y de dirigen hacia las zonas de pasto en ocasiones incluso a considerable distancia del rio, en las que se alimentaran durante las horas nocturnas.
Los hipopótamos pese a ser animales de gran tamaño, se mueven con agilidad fuera del agua, su corpulencia no debe engañarnos, ya que son capaces de desarrollar velocidades en tierra de 30 km/h. El hipopótamo a diferencia de los cocodrilos, ataca con frecuencia fuera del agua, y cuando se siente amenazado busca su refugio dirigiéndose rápidamente de nuevo a la protección que le proporciona el agua (donde sus enemigos no pueden alcanzarle). Por ello hay un viejo dicho Africano que dice que “si quieres ver de frente a la muerte, interponte entre un hipopótamo y el agua”
Los mayores hipopótamos machos pueden sobrepasar las 2 Toneladas de peso, aunque las hembras rara vez sobrepasan 1.4 toneladas. Los ojos, las orejas y los orificios nasales están situados en la parte superior del cráneo, se trata de una adaptación al medio semiacuático, de modo que puedan permanecer con el cuerpo sumergido, y asomar sobre el nivel del agua solo la parte superior del cráneo y así poder ver, oír y respirar.
Su piel tiene un increíble grosor de 6 centímetros, y le protege de los ataques de depredadores, y de las agresivas peleas que se producen constantemente entre los machos, en los que los caninos inferiores son usados para apuñalar a sus rivales. Sus orificios nasales se cierran automáticamente cuando el hipo se sumerge, de modo que no entra agua en su aparato respiratorio.
Hipopotamo con su mandibula abierta
La mandíbula de un hipopótamo es un diseño asombroso de la naturaleza. Los poderosos músculos maseteros le proporcionan una brutal fuerza de mordida, la articulación que une ambas mandíbulas está situada tan atrás que le permite abrir sus fauces con un ángulo cercano a 180 grados; y además está dotado de unos inmensos caninos de marfil, que se afilan continuamente cada vez que cierra la boca, frotándose contra el diente de la mandíbula superior. Los largos caninos inferiores, que crecen hasta una longitud asombrosa de 40-50 cm. de largo (fundamentalmente en los machos), son usados como afiladas dagas por los machos en sus continuas luchas, ya que éstos son animales agresivos y pendencieros.
Distribución
El Hipopótamo se encuentra ampliamente distribuido en la gran mayoría de ríos y lagos de todo el África subsahariana, desde el África ecuatorial (Congo, Tanzania o Kenya) hasta Sudáfrica. Se le caza por su carne, que es consumida por los nativos en todo África y por sus colmillos de marfil, que se venden como sustitutivo del marfil de elefante. Su situación no es excesivamente preocupante y se encuentran poblaciones saneadas en la mayoría de las zonas de caza.
Peligrosidad
Suelen establecerse en grupos controlados por un macho dominante, que establece su pequeño territorio en una zona del rio, y en el que vive todo su grupo familiar, que puede ser desde un modesto harén de 2-3 hembras hasta grupos enormes de 20 hembras.
El macho defiende constantemente y con una agresividad manifiesta su territorio, de la presencia de otros machos rivales, o de cualquier otro intruso como pueda ser un bote cargado de humanos. Cualquiera que invada “su” zona de control es visto como un intruso al que hay que echar inmediatamente, y el gran problema es que nadie excepto él mismo sabe donde empieza y donde acaba el territorio de cada hipopótamo. Es por esto por lo que los hipopótamos causan muchas muertes cada año en África, porque los ataques son frecuentes, y por la fuerza que tiene un animal del tamaño de éste… con frecuencia son ataques con consecuencias mortales.
Hippo
Cuando los encuentros con los hipos se realizan en Tierra su agresividad es elevada, ya que ellos no se sienten tan protegidos. Las hembras acompañadas de crías son agresivas para proteger su pequeño, y los machos son agresivos en todo momento. Si se sienten amenazados buscan regresar al agua, donde se sienten más protegidos, y nada puede detenerlos en su camino hacia el agua, son como un tren de mercancías a toda máquina imposible de detener.
Los hipopótamos han sido sorprendentemente bendecidos por el mundo occidental por una imagen dulce, cariñosa e infantil; esta situación es completamente alejada de su agresiva realidad, ya que los hipopótamos tienen un muy mal carácter y un comportamiento agresivo y peligroso; están considerados como el animal más peligroso de Africa.
Caza
La caza deportiva de hipopótamo es una actividad altamente peligrosa, ya que se trata de uno de los animales más agresivos, considerablemente más agresivo que cocodrilos o elefantes. Un hipopótamo cargará con frecuencia hacia los cazadores, y no es un animal fácil de parar, ya que hay que colocarle una bala en el cerebro, que se encuentra en la pequeña “V” que tiene entre los dos ojos.
Hipo en el agua
Pese a no estar considerado como uno de “los 5 Grandes” por los safaristas clásicos, sin duda se ha convertido por derecho propio en una de las cazas peligrosas que se realizan en África. Adicionalmente el entorno acuático en el que se lleva a cabo es un aliciente de cazar en un entorno diferente, un medio en el que no nos sentimos tan comodos como en tierra; zonas encharcadas, usando botes frecuentemente, y normalmente en zonas donde además de los hipopótamos solemos tener la inquietante presencia de cocodrilos a nuestro alrededor.
Para seleccionar el trofeo a abatir, normalmente se busca el macho dominante, ya que los machos tienen colmillos caninos mucho mayores. Como frecuentemente abren la boca de manera amenazadora, eso nos va a permitir evaluar el trofeo del animal; si no abre la boca, lo único que podemos hacer es fijarnos en el tamaño de las protuberancias que tienen a los lados de las fosas nasales, que son causadas por el alojamiento de los caninos de suben desde la mandíbula inferior.
Hipopótamo
No hay apenas dimorfismo sexual, de modo que seleccionar el ejemplar a abatir es una tarea complicada, y elegir una hembra con un pequeño trofeo es una error importante que debemos evitar (ya que habremos usado con esa hembra nuestra cara licencia de hipopótamo); así que debemos confiar en el criterio de nuestro PH, y asegurarnos de disparar sobre el ejemplar que nuestro guía nos indica, ya que con frecuencia al estar en grupo y moviéndose, es fácil equivocarse de objetivo.
La mayoría se cazan en el agua, que es donde pasan las horas de sol del día. En estos casos se trata de un disparo de precisión, no suele ser mucha distancia, y es frecuente tener mucho tiempo para preparar el disparo. Sin embargo el blanco es pequeño, y si no colocamos el proyectil en el cerebro el animal se hundirá, y al estar en ríos o lagos grandes podemos perderlo. Para el disparo en el agua es fundamental un calibre contundente pero que sobre todo tengamos la confianza suficiente para hacer un disparo de precisión, y que tengamos la seguridad de que vamos a ser capaces de colocar la bala donde queremos.
Su caza en tierra es una aventura peligrosa, ya que se suele hacer con la última luz del día o por la noche. En tierra son animales impredecibles, y el lance es rápido y cargado de adrenalina; el problema es que en esas circunstancias es muy complicado evaluar la calidad del trofeo, o incluso si es macho o hembra el animal que tenemos delante. Para esta caza en tierra necesitaremos un calibre poderoso con poder de parada y un proyectil solido con mucha penetración que nos asegure alcanzar los órganos vitales del animal.
En una ocasión estaba cazando con unos clientes hipopótamos en la Franja de Caprivi (Namibia) en el Rio Kwando (afluente del famoso río Okavango), y disparé sobre un hipo en el agua, que se hundió y cargó contra nosotros, saliendo del agua frente a nuestra posición. Acabamos con él a 7 metros de nuestros pies, ya en tierra, y este es el animal que más me ha apurado de toda la fauna africana que yo he cazado.
Pastando fuera del agua al atardecer
Por este motivo mi recuerdo sobre la caza de hipopótamo es muy positivo, y le doy el valor que tiene en enfrentarse a este coloso, porque puede cambiar todo en unos segundos; por el contrario quienes han tirado un hipo en el agua, lo han acertado de pleno, y ha muerto instantáneamente, en ocasiones dicen que es una caza sencilla, y que les ha parecido poco excitante. El paso de una caza sencilla y sin complicaciones a una carga furiosa y potencialmente letal hacia los cazadores, en el caso de un hipopótamo macho… es cuestión de segundos. Es uno de los animales más impredecibles a los que te puedes enfrentar.
Conclusiones
Esta caza no es adecuada para quien no le guste el riesgo, porque el hipopótamo con frecuencia nos pone en situaciones apretadas, cargadas de adrenalina; aunque por otro lado, si todo va bien, puede ser una caza sencilla con un disparo quirúrgico de precisión que acabe con el animal.
El Hipopótamo no es un animal económico, de modo que es importante asegurarse de elegir el trofeo que buscamos, y no es fácil diferenciar machos de hembras. Es un error frecuente, de modo que es fundamental asegurarse de seleccionar el animal adecuado ates de apretar el gatillo.
Klipspringer, uno de mis animales favoritos de Africa sin duda ninguna. Su nombre quiere decir en Afrikaans «salta rocas«, porque es alli donde siempre lo encontraremos.
1/ Introducción
El Klipspringer (Oreotragus oreotragus), es un precioso antílope pigmeo, de características únicas. Su nombre significa literalmente “Saltarrocas” en Afrikáans, y los sudafricanos con su hábito de acortar las palabras largas suelen referirse a él cariñosamente como “Klipy”.
Pareja de Klipy
Se trata de un antílope muy especial, con características únicas que hacen de él una especie completamente distinta a los antílopes que cualquier cazador consigue en un Safari normal en África. Esto unido a que su morro corto y cabeza redondeada le confieren una imagen muy atractiva, lo convierten en un trofeo con muchísima personalidad.
2/ Distribución Geográfica
Distribucion del Klipspringer en Africa
Se trata de una especie de montaña, y por ello únicamente lo encontraremos en hábitats montañosos y con roquedos donde el animal encuentra una buena defensa ante los depredadores.
Su distribución geográfica es amplia, ya que se extiende por casi todos los países del África Oriental, desde Mozambique hasta Kenia, Tanzania, Sudan y Etiopía; en el el África Occidental, desde Sudáfrica hasta el Sur de Angola. También hay dos pequeñas poblaciones aisladas en el África Ecuatorial en la República Centroafricana y en Camerún.
Sin embargo, su presencia en un área geográfica enorme, que ocupa más de dos tercios del África subsahariana, no significa en absoluto que se aun animal frecuente y común en los países en los que está presente. Más bien lo contrario; su adaptación a un medio muy exclusivo, hace que sus poblaciones sean pequeñas y dispersas, de muy baja densidad, y circunscritas a zonas geográficamente muy concretas.
Pese a que su localización se reduce única y exclusivamente a las zonas donde la orografía del terreno es lo bastante rocosa y montañosa para que el animal se sienta protegido, por el contrario tiene a su favor que es una especie que puede tener unas densidades relativamente altas. Por ello, en los sitios donde hay una zona adecuada, y hay una colonia próspera de Klipspringer, su población es alta.
En cuanto a su situación, no es delicada, debido fundamentalmente a dos factores. El primero es que muchas de las zonas donde habita son zonas protegidas (parques Nacionales, Reservas de caza, etc…) y la segunda y más importante es que en las áreas remotas y de difícil acceso que son sus hábitats preferidos, la presión del furtivismo es escasa.
3/ Una adaptación única al medio hostil
Se trata de un antílope de pequeño tamaño, mide solamente unos 55-60 centímetros a la cruz, y rara vez sobrepasa los 12-13 kilogramos de peso (las hembras son algo mayores). Es uno de los ejemplos más claros de adaptación de un animal a un medio, a un hábitat muy específico.
El Klipspringer ha desarrollado una capacidad de andar sobre las puntas de sus pezuñas; de modo que una minúscula superficie en una roca, es suficiente para que apoye las puntas de sus diminutas pezuñas y pueda desplazarse con seguridad por zonas donde ningún otro animal es capaz de encontrar un sitio donde pisar. Es muy conocida la capacidad asombrosa que tiene de juntar sus cuatro diminutas pezuñas en una pequeña superficie del tamaño de una moneda, y estar cómodamente equilibrado en esa posición.
Klipspringer
Esta capacidad excepcional es debida a que cuando pisa, no apoya completamente la base de su pezuña (como hacen todos los ungulados), sino que únicamente se sostiene todo el tiempo sobre las puntas de los cascos. Esos cascos tienen una consistencia como de goma dura, y contribuyen a absorber los impactos de los grandes saltos que da el animalito entre las rocas.
Poder desplazarse por paredes casi verticales, a la carrera, y encontrar apoyo en paredes donde ningún otro animal puede desplazarse, le dan una enorme ventaja frente a sus depredadores naturales. Zorros, chacales, babuinos y leopardos, que son cazadores habituales de Klipspringer, tienen serias dificultades para moverse por ese terreno, donde el pequeño antílope puede desaparecer de nuestra vista en tres saltitos. Sin embargo, las serpientes y las grandes rapaces (como águilas y grandes búhos) sí que pueden atacarlos desde su mismo terreno o desde el aire, y son por ello su principal amenaza.
Macho de Klipspringer descansando en una roca
Su adaptación al medio montañoso es tan perfecta, que el pequeño antílope es capaz de conseguir el agua que necesita para sobrevivir de la humedad de las plantas de las que se alimenta; por ello prácticamente nunca necesita abandonar la seguridad que le ofrecen las rocas para bajar a los cauces de agua a beber.
3/ Su caza
La caza del Klipspringer poco tiene que ver con la de los antílopes que normalmente se cazan a lo largo de un Safari.
Cazador con trofeo enorme
Su primera dificultad estriba en que normalmente tendremos que desplazarnos a una zona de caza diferente, sólo para poder encontrar el terreno donde habita este pequeño antílope, y además en este hábitat serán pocas las especies que podremos cazar. Esto hace que muchos cazadores no estén dispuestos a dedicar dos o tres días de su Safari, a conseguir esta especie, y por ello es un trofeo poco frecuente en las colecciones de trofeos.
Una vez que sí que nos hemos decidido a desplazarnos a una zona de caza específica donde encontrarlo, y dedicarle unos días para poder conseguirlo, entonces nos enfrentaremos a la dificultad real de la caza de un buen macho de Klipspringer.
Macho de Klipspringer
Desplazarnos por terreno rocoso y abrupto, no suele ser tarea fácil, y nuestro objetivo suele quedarse inmóvil en las zonas altas de su territorio, observando como los humanos sudamos tinta moviéndonos por ese entorno hostil, y nos afanamos en intentar localizarlo con los prismáticos.
El antílope se siente seguro en las zonas altas de su pequeño territorio, y no es fácil de localizar. Nuestro difícil objetivo es poder localizarlos entre las rocas pese a su excelente mimetismo, y realizar un disparo a media/larga distancia sobre un animal parado. Aunque es la situación ideal, la que deberíamos buscar, es muy complicado que seamos capaces de verlos a ellos sin que ellos nos hayan detectado antes, y que podamos hacerles una entrada que nos permita reducir la distancia de tiro.
Esta especie no es de bajo precio, de modo que vale la pena usar un rifle adecuado para cazarla, sin arruinar el trofeo. El rifle de calibre medio de uso general que estemos usando en cualquier Safari de antílopes no es el rifle adecuado para esta especie. Usar un calibre excesivamente grande para matar un animal pequeño y delicado como este provocará heridas masivas, y podría arruinar la piel. Mucho más acertado es el uso de un calibre de tipo 243 Winchester, 222 Remington, o 22-250; con proyectiles ligeros de 45-65 grains, más que suficientes para hacernos con este diminuto antílope.
Sería especialmente recomendable elegir una óptica de calidad, y con suficientes aumentos para asegurarnos hacer disparos efectivos a una distancia de 250-300 metros sobre un blanco muy pequeño como éste.
En cuanto al trofeo, los machos tienen cuernos cortos, cónicos, muy afilados, que están anillados en su parte inferior, y que pueden llegar a medir hasta 12-15 centímetros; y cabe mencionar que en algunas zonas del África oriental se dan casos de hembras con cuernos con cierta frecuencia.
4/ Taxidermia
Este es un antílope que en la mayoría de los casos se caza con la idea de hacer con él una bonita taxidermia, ya sea de pecho o bien de cuerpo entero.
Al ser un animal de pequeña talla, el coste de hacerlo entero no es demasiado elevado (normalmente cuesta entre 400 y 550 euros), de modo que son muchos los cazadores que acaban realizándolo de cuerpo entero, que es como mejor se aprecia las características únicas de la especie.
Sin embargo, dadas las características únicas del pelaje de esta especie que es corto, hueco y grueso, y que lo protege muy bien en invierno de las bajas temperaturas y del viento y en verano del sol abrasador africano; se trata de un pelaje especialmente delicado. Inmediatamente después de matarlo, hay que despellejar al animal, con gran cuidado, sin agarrar la piel en ningún momento con violencia, porque si la agarramos suelta el pelo inmediatamente. Así pues para que llegue en perfecto estado hasta nuestro taxidermista, hemos de tratarla con infinito cuidado, y hacerlo inmediatamente después de cazarlo, si esperamos aunque sean dos horas a hacer este trabajo, la piel no vale ya para nada.
Seguro que los Cazadores Profesionales (PH) que guían su cacería lo saben y lo controlan, pero nunca está de más el saberlo nosotros y el preocuparnos de recordar a nuestros PH el interés que tenemos en que ese trofeo llegue en perfecto estado hasta nuestro taxidermista, y que esa tarea de despellejado debe hacerse de la manera más rápida y eficaz posible.
5/ Conclusiones
Una de esas especies de las que te enamoras en cuanto las ves, este pequeñín te roba el corazón desde la primera vez que lo ves saltando alegremente de roca en roca, por un terreno en el que nadie diría que ningún animal pudiese encontrar donde poner las pezuñas.
Un gran macho de Klipspringer
Los mayores hándicaps para los cazadores suele ser lo remoto y aislado de los hábitats donde podemos encontrarlo, y con frecuencia eso hace que el cazador deseche la posibilidad de ir a por esta especie. El maldito mundo moderno y veloz en el que vivimos hace que incluso a la hora de planificar un Safari lo hagamos con el calendario delante, viendo los días que podemos dedicar, y donde vamos a estar cazando en cada momento. Cuando planificamos un Safari deberíamos hacerlo al estilo africano, sin agenda… porque Safari quiere decir precisamente eso… “viaje”. Vayamos a cazar sin presión, sin agenda… si decidimos ir a las montañas a cazar nuestro pequeño Klipspringer… hagámoslo sin mirar el calendario, cuando lo hayamos cazado ya regresaremos y seguiremos cazando otras especies, ese es el secreto para disfrutar de un viaje en África, adaptarse al ritmo de vida africano, y a su “tempo” para hacer las cosas.
El Klipspringer es una de esas especies que destacan en cualquier sala de trofeos. Todos los cazadores lo conocen, muchos lo desean… y muy pocos se han hecho con él. Si usted tiene la oportunidad de disfrutar de su caza y de conseguir uno… no lo dude, y hágalo.
Nos vemos cazando en África
José María Aranda
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En estos momentos en los que el mensaje del ecologismo urbanita radical es la “verdad única” a la que se escucha desde la sociedad, el intentar levantar la voz con un mensaje diferente podría considerarse “predicar en el desierto”.
Yo creo que no existen las verdades absolutas, de modo que este breve artículo aportara el punto de vista desde la gestión de la fauna africana que yo conozco. No aspiro a convencer a nadie, sino a informar de la realidad que yo vivo, y que cada quien saque sus propias conclusiones.
Lo más triste es que quienes leerán este articulo probablemente asentirán con la cabeza al leerlo… incluso lo encontrarán razonable… pero tristemente, no llegara a ser leído por esos miles de personas que solo reciben el mensaje opuesto. El mensaje animalista que es el con el que nos adoctrinan machaconamente desde cualquier medio (desde los telediarios, hasta las escuelas pasando por internet).
Who pays stays
Este viejo dicho africano, que podríamos traducir como “el que paga se puede quedar” resume una filosofía real, alejada del mundo Disney que tantas veces nos muestran. En el mundo real, aquellos animales que son rentables, que son útiles, son los que prosperan, y son especies cuyas poblaciones crecen, para mi esto es conservación.
Poblacion de elefantes de Kenya fente Zimbawe en el mismo perioso
Tenemos ejemplos dramáticos como el de Kenya, que prohibió en todo el país la caza deportiva en los años 70, cuando tenía una de las poblaciones mayores y más sanas de elefantes de toda África (más de 170.000 elefantes). En nuestros días, debido al furtivismo masivo, la falta de protección de la fauna, solo quedan elefantes en las zonas protegidas de los grandes parques nacionales (menos de 40.000 elefantes). Esto significa que han perdido en 40 años el 75% de su población de elefantes. Recordemos que ni uno solo de ellos ha sido abatido por un cazador. Recomiendo la lectura de este interesante articulo al respecto
Sin embargo en el mismo periodo de tiempo, en Zimbawe, que en los años 70 tenía una modesta población de unos 28.000 elefantes, se ha gestionado mediante el sistema de la caza deportiva. Se han asignado concesiones de caza, con cupos de abates, y los outfitters que las gestionan se han ocupado de mantener a raya el furtivismo en sus áreas de caza. La población actual está en torno a 100.000 elefantes (un 300% de crecimiento), y durante ese periodo se ha estado generando riqueza para el país y para las poblaciones nativas de manera sostenible.
Exportacion de leones por Sudafrica
La caza de leones en Sudáfrica se ha convertido en los últimos años en un negocio lucrativo. Los leones se reproducen con relativa facilidad, y son criados en áreas controladas y cuando son adultos se liberan en áreas donde se cazan. Esto ha permitido que las poblaciones de leones se multipliquen, y que se cacen más leones que nunca, de modo que los leones realmente salvajes en los parques nacionales no son cazados.
El blesbok es un antílope endémico de la llanura sudafricana, que basaba su estrategia de supervivencia en mantenerse alejado de sus depredadores manteniendo una buena distancia de seguridad. La llegada a África de las armas de fuego (que tenían mucho más alcance que los arcos de los nativos) de manera generalizada en el principio del siglo XIX fue un desastre para este animal, porque al no ocultarse, eran cazados masivamente por su carne; esto los llevo prácticamente a la extinción. Las fincas privadas de caza fueron quienes los rescataron, y hoy pastan por millones, 95% de ellos viven en fincas de propiedad privada. El éxito del blesbok fue que los granjeros se dieron cuenta que no saltan, y que una sencilla valla ganadera que contiene a sus ovejas en la finca era suficiente para mantener este antílope dentro de su propiedad.
Gestión del furtivismo
En África el furtivismo es la mayor plaga para la fauna salvaje. En primer lugar hay un furtivismo importante del tipo más humilde, de la gente que no tiene recursos económicos para alimentar a sus familias, y que llena el bosque de lazos de alambre de acero con los que atrapar cualquier cosa que poner en el puchero.
Sr Romero con un gran facochero
Hay zonas donde la densidad de este tipo de lazos es tal, que puedes retirar entre 15/20 lazos cada día de caza. Un arma y su munición es cara… un rollo de alambre de acero es muy barato… cualquiera puede adquirirlo y con eso lleva carne a casa. A ese furtivo le da lo mismo las cuotas, si es macho o hembra, si es un animal protegido,… solo le importa cuanta carne tiene.
En las zonas en las que hay cuotas, se les paga a las aldeas por sus permisos de caza (licencias de hipopótamo, de elefante…) y las aldeas distribuyen esa fuente de ingresos entre los miembros de la aldea. Los jefes tribales se comprometen a evitar el furtivismo en sus zonas (con desigual éxito).
Las empresas de caza que gestionan las concesiones (Outfitters) destinan parte de los beneficios que obtienen en evitar los furtivos, por su propio interés, porque todo lo que matan los furtivos, son menos caza que ello tendrán… pero los beneficiados de la lucha contra el furtivismos son siempre los animales.
El autor con un precioso bushpig
Luego hay otro furtivismo que también conviene nombrar, son as mafias organizadas que sistemáticamente acaban con las dos especies cuyos trofeos tienen valor económico, los elefantes por su marfil y el rinoceronte por su cuerno. Hay auténticas redes dedicadas a perseguir y matar estas especies, y canales por donde hacer moverse tanto el marfil como el cuerno de rinoceronte, para hacerlos llegar ilegalmente a los mercados de Asia, que son los principales compradores.
Esto es una verdadera lacra, que persigue a elefantes y especialmente a rinocerontes. De todo esto NADA tiene que ver con la caza deportiva y regulada de estas especies. Pero para el gran público, esto parece no importar.
Solo hay dos países en el mundo donde es legal la caza del rinoceronte, en Sudáfrica y Namibia… y casualmente son los dos únicos países donde cada año hay más rinocerontes censados… quizás esto haga reflexionar a alguien.
Aprovechamiento sostenible.
La caza cuando se gestiona adecuadamente es un recurso renovable y sostenible. Es posible estar cazando una determinada cuota de animales en una finca o en un área, de manera anual indefinidamente sin que la población animal de esa finca se resienta; y por ello decimos que la caza supone conservación de la población animal.
Nuestro mayor enemigo es el desconocimiento, la ignorancia sobre este tema de quienes nos critican gratuitamente. Y sin embargo nuestra mayor baza es la información, que la gente conozca que la caza no es exterminio, que la caza es una actividad que ayuda a proteger la Naturaleza, porque da valor a la fauna. Mediante la caza la fauna se convierte en un recurso económico valioso y renovable, y nadie quiere quedarse sin ese recurso… todos los agentes económicos y sociales implicados en esto quieren seguir cazando por muchos años.
Conclusión
Hoy es difícil levantar la bandera de los cazadores, especialmente en círculos urbanos, de gente alejada del mundo natural. La mayoría de la población tiene una idea absolutamente distorsionada de que es la caza hoy en día, influida por los radicales ecologistas que han hecho una tarea enorme para desacreditarnos.
Creo que es tarea de todos nosotros el transmitir en nuestros círculos cercanos nuestra visión de lo que es la conservación de la naturaleza y la fauna; explicar que somos personas normales que practicamos una tradición milenaria, con respeto hacia los animales que matamos, y con la decisión de que los animales deben seguir estando ahí para que nuestros hijos puedan seguir cazándolos.
Viva la caza
José María Aranda
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Springbok es de todas las especies de antílopes que se pueden cazar en Sudáfrica, el más querido y más emblemático para todos los sudafricanos es el Springbok (Antidorcas marsupialis), que es considerado el símbolo del país, y que incluso adorna las camisetas de la selección nacional de rugby sudafricana. Esta pequeña gacela saltarina, habita las eternas llanuras herbáceas, y sus manadas inmensas llenan de alegría y color la sabana.
Su caza es un reto interesante para el cazador, ya que al vivir fundamentalmente en espacios abiertos, sin vegetación arbórea, su principal estrategia defensiva es su vista y su velocidad. Las manadas de springboks siempre están alerta, y no permiten que el cazador se les acerque antes de que alguno de ellos se ponga nervioso, empiece a correr, y provoque una autentica estampida de gacelas, corriendo y saltando como locas hasta perderse en el horizonte. Los disparos a menos de 200-250 metros son poco habituales, y las aproximaciones suelen incluir gateos y ocultarse frecuentemente detrás de cualquier termitero o de algún arbusto minúsculo que nos pueda dar algo de cobertura.
Kalahari Springbok del autor
Hay cuatro variedades cromáticas de springbok, y los cazadores que consiguen tener un trofeo medallable de cada una de ellas completan el conocido como “Springbok Grand Slam”. Las cuatro variedades son:
Springbok común. Pese a que no hay reconocidas subespecies regionales por el SCI, los más grandes se suelen cazar en la zona del Kalahari. Su precio muy económico y la dificultad de cazarlo lo convierten en una especie muy interesante para los safaris de antílopes.
Springbok negro, es la variedad melánica, más frecuente que el albino, y presenta capa completamente oscura. Su precio no es demasiado elevado, y es una especie bastante demandada por su color poco habitual.
Springbok blanco, es la variedad albina, que se da ocasionalmente en la naturaleza, pero que se encuentra con mucha dificultad porque al tratarse de un gen regresivo, la unión de un animal albino con uno normal suelen engendrar uno de color normal en un 90% de los casos.
Springbok cobre, es la más rara de todas las coloraciones. Muy ocasionalmente se ha dado una mutación genética que hace que todo el animal tenga un tono rojizo, sin zonas blancas, y esos animales se han seleccionado tratando de mantener esta coloración. Son muy escasos y por ello muy buscados por los cazadores.
En las zonas donde habitan los springboks, los cazadores deportivos suelen abatirlos por el tradicional método de rececho; pero no todo el mundo que viene a cazar a África puede arrastrase por la hierba, ni todo el mundo dispara con seguridad a 250 metros a un blanco pequeño. También es frecuente en Sudáfrica y Namibia organizar “batidas” de springboks en las que se montan unos puestos, donde los cazadores esperan ocultos. En estas unos vehículos hacen moverse a las manadas, que en sus desplazamientos se van poniendo a tiro de un rifle o de otro. Por el método de “batida” se pueden obtener mejores resultados, las distancias de tiro son menores, y se matan más animales; aunque al venir las manadas en movimiento, no es fácil seleccionar cual es el mejor trofeo en un grupo de 100 animales que viene al trote.
copper springbok ram
El springbok es un animal pequeño (los machos no suelen pasar de 40 kilos), y no precisa de calibres potentes para abatirlo. Cualquier rifle de calibre 6 a 7 mm es más que suficiente, pero lo que si es importante es que el calibre sea tenso, para evitar tener que corregir mucho el disparo, y que nosotros seamos capaces de tirar largo con ese arma con garantías. Yo incluso he cazado ocasionalmente springboks con el calibre 22-250; pequeño calibre que dispara pequeños proyectiles de solo 50 grains con resultados impresionantes.
Se trata de una especie muy recomendable para incluir en cualquier lista de safari; y cuando vemos colgado un gran trofeo de springbok en cualquier pabellón de caza, podemos tener por seguro que ese cazador ha tenido que sudar para conseguirlo. Quizás es por eso que yo soy un enamorado de los springboks y de su caza… porque un gran springbok macho siempre vende muy caros sus cuernos retorcidos.
Reglas básicas para la caza del búfalo recoge en un breve articulo algunas ideas que todo cazador deberia tener en cuenta antes de enfrentarse a una caceria de este animal.
Viejo Dagga Boy con boss impresionante
1/ Asumir la peligrosidad de nuestro oponente
El búfalo cafre africano es el animal que más cazadores mata cada año. Cazadores que se cuentan tanto entre los cazadores de todo el mundo que visitan África cada año para hacer un Safari que los enfrente a los peligrosos bóvidos, como a los Cazadores Profesionales (PH) que los guían, y que en ocasiones acaban dando la vida protegiendo a sus clientes.
Cuando el cazador europeo decide que quiere cazar un búfalo, debe ser consciente que nada tiene que ver con la caza que haya realizado previamente en su país, y que tampoco tiene nada que ver con la caza de antílopes que haya podido realizar en otros Safaris.
El búfalo cafre es un oponente formidable, duro, difícil de matar, y con un carácter muy agresivo. La primera vez que se nos queda mirando un cafre, con el morro en alto y cara de pocos amigos… sabemos que nos hemos buscado un enemigo complicado.
Para enfrentarse con garantías a la caza del búfalo, lo primero que debemos tener es “actitud”, y ser conscientes de lo que vamos a hacer. Eso nos permitirá darle la importancia que tiene, y poner nuestros cinco sentidos en dar el 100% de nosotros mismos como cazadores, y así minimizaremos los riesgos que correremos.
2/ Elegir un calibre suficientemente contundente
El búfalo no es animal al que podamos enfrentarnos con calibre ligeros. El mínimo legal con el que lo cazaremos en la mayoría de países Africanos, y que podemos considerar también calibre mínimo “de seguridad” es el 375 H&H.
El 375 H&H con su proyectil estándar de 300 grains, es el calibre que más búfalos mata cada año. No porque sea el calibre ideal, sino porque es el calibre pesado más extendido, el que más cazadores poseen en sus armeros, y por eso el más utilizado. Es un calibre fantástico, con excelentes propiedades balísticas, pero el 375 H&H debe considerarse un mínimo, no creamos que llevamos en las manos “un cañón” que va a hacer volcar a un búfalo a la primera, en cuanto lo toque una bala de nuestro 375 H&H.
Mi experiencia que es que los búfalos a los que les alcanza un bala del 375 H&H, aun con buena colocación del disparo, suelen correr heridos con el resto de la manada, para acabar doblando unos cientos de metros más adelante.
Sr. Lopez Pascual con un bufalo cazado con su 458 Lott
Si queremos un calibre idóneo para búfalo, por contundencia y poder de parada, nos iríamos un pasito hacia arriba, a rifles de calibres como 404 Jeffery, 416 Rigby, 416 Rem Mag, o 458 Win todos ellos montan puntas de 400 grains. La punta de 400 grains es mucho más contundente, y su efecto de nota inmediatamente en el búfalo que recibe el disparo, que inmediatamente acusa en su comportamiento el impacto recibido.
El poder de parada de estos calibres, con sus proyectiles de 400 grains, es tremendo, cosa que agradeceremos especialmente si las cosas se ponen feas, y realmente tenemos que parar la carga de un búfalo herido, una de las mayores pesadillas de cualquier cazador profesional.
3/ Seguir fielmente los consejos del Cazador profesional
Tenemos que mentalizarnos que nuestra experiencia previa en la caza de otras especies, solo tiene un valor relativo a la hora de cazar búfalos. Nos ayudará el saber movernos en silencio, el saber pistear, las normas de seguridad en el manejo de armas, precisión en el disparo, todas ellas habilidades “genéricas” propias de un cazador experimentado… pero en la caza del búfalo siempre deberemos dejarnos guiar por el Cazador Profesional (PH).
Sr. Anguis con un bufalo cazado con el PH Adam Barnard
La caza peligrosa, y especialmente la del búfalo, requiere de un conocimiento profundo de los comportamientos de las especies a cazar. Los búfalos son muy agresivos, ocasionalmente se puede dar incluso la circunstancia de carga previa a la realización del disparo, así como la carga de hembras, de animales que están ocultos cerca de nosotros y no teníamos controlados, cargas de otros ejemplares de la manada… La casuística posible es muy amplia, y en todos esos casos lo que nos va a salvar la vida es mantener la serenidad, y seguir al pie de la letra las instrucciones del PH que dirige la caza.
4/ Colocación del primer disparo
Los búfalos son una de las especies más “duras” del reino animal. Casi una tonelada de peso, musculatura muy potente, huesos grandes y sólidos, y sobre todo, una tenacidad y resistencia legendarias, hacen que sea un blanco difícil de abatir. A esto se suma el hecho de que si le disparamos con calibres pesados, es frecuente que el cazador no esté muy acostumbrado a usar rifles con tanto retroceso, y esto se traduce en menor precisión en la colocación del disparo. Hay que hacer especial énfasis en que es imprescindible haber practicado suficientemente con el calibre que vamos a utilizar, hasta que tenemos plena seguridad y confianza en nuestra capacidad de acertar en el disparo utilizando un rifle de calibre grande.
Disparo cuarteado, tras la paleta
El búfalo suele meterse en zonas “sucias”, con espinos y vegetación arbustiva, y nos obligará a realizar disparos a través de la maleza, o en grupos en los que el resto de animales se están moviendo constantemente. La ventaja que tenemos es que normalmente el animal se nos quedara mirando desafiante, o nos permitirá un disparo con el animal parado o moviéndose lentamente al paso. Ese es el disparo que tenemos que aprovechar, ese es el que debe anclarnos nuestro búfalo, y evitar que se vaya herido siguiendo a la manada cuando todos los demás echen a correr.
Si en todas las especies es importante el primer disparo, en el caso del búfalo, esto es crucial, ya que sabemos que un disparo con una colocación deficiente nos va a llevar a tener que pistear un búfalo herido, una de las situaciones más peligrosas en las que nos veremos en nuestra vida, y que debemos intentar evitar a toda costa.
Disparo cuarteado de frente delante de la paleta
Frecuentemente nos veremos obligados a realizar un disparo frontal, con el búfalo parado mirándonos directamente hacia nosotros y el morro levantado. Se trata de un blanco no muy grande, pero es un disparo a corta distancia, y además cualquier impacto en esa zona es muy efectivo, con efectos devastadores, que suelen acabar inmediatamente con la vida del búfalo. Nuestra mayor preocupación al ejecutar ese disparo ha de ser que el disparo vaya centrado, ya que si se nos va hacia los lados, impactaremos sobre la poderosa musculatura y huesos de las paletillas, y ese es un disparo que no afectara a los órganos vitales, y permitirá que el animal herido siga cojeando al resto de la manada, complicándonos muchísimo la cacería. Otro error frecuente dependiendo de la altura de la cara del búfalo es que el disparo impacte en el morro del animal, y no llegue al pecho que es donde debemos colocar nuestra bala.
Disparo de frente al pecho
Si nos ofrece un blanco lateral, ejecutaremos un disparo clásico al triangulo corazón-pulmones. Si alcanzamos el corazón el efecto será más inmediato, y si le cruzamos los pulmones, aun con un disparo perfecto, el búfalo correrá siguiendo a la manada para morir unos cientos de metros más adelante. Tenemos que tener siempre en cuenta que el corazón está justo detrás del hueso de la pata, en la parte alta del brazuelo si el búfalo está parado. La opción más segura es apuntar al hombro, donde alcanzaremos los grandes vasos que salen del corazón, y le provocaremos una hemorragia masiva inmediata.
Especialmente delicado es el disparo hacia un búfalo que nos da un blanco en ángulo, y que tengamos que disparar de atrás hacia adelante.
Ese disparo ha de atravesar casi un metro de la panza, que está llena de material vegetal a medio digerir, y que actúa como un saco de arena reteniendo la bala, que pierdo muchísima capacidad de penetración. Es un disparo que deberemos evitar en la medida de lo posible.
Excepto en los disparos que rompan la espina dorsal, o que impacten en el cerebro, los búfalos suelen salir corriendo aun con un disparo perfecto de un calibre pesado, eso no debe preocuparnos demasiado. Si hemos colocado nuestra bala donde corresponde, se echara para morir en un par de minutos, y normalmente lo oiremos mugir en sus últimos estertores mortales.
5/ Forma física
Cazar búfalos es una actividad que requerirá un esfuerzo físico importante por parte del cazador. Quien no se vea capaz de caminar largas jornadas siguiendo los rastros de las manadas entre los espinos, que cace un leopardo a la espera cómodamente sentado en un “blind” todas las noches.
Normalmente los búfalos gustan de los terrenos sucios, con fuerte cobertura vegetal, y ese es el lugar por el que nos veremos obligados a seguirlos. Como nosotros no disponemos de un cuero impenetrable como ellos, al pistearlos por ese terreno sufriremos el castigo de las miles de especies de plantas espinosas que hay en África, que nos desgarraran sin piedad ropa y piel. Aquel que haya sido lo bastante previsor de llevar un pantalón resistente a los espinos, habrá hecho una gran elección.
Yo aún no he sido capaz de entender a nos PH que avanzan tranquilamente por ese tipo de terreno con unos pantalones cortos que parecen insultar la torpeza de los clientes para caminar por allí sin arañarse.
Quien vaya a enfrentarse a una caza de búfalo, debería ser capaz de caminar a un ritmo normal durante 4-6 horas sin detenerse, y quizás repetir ese ejercicio durante varios días consecutivos. No es necesario correr, no es necesario ser un superhombre… pero el búfalo normalmente venderá cara su piel, y eso hace que el cazador valore más su trofeo cuando lo consigue.
6/ Extremar las precauciones si tenemos que pistear un búfalo herido
La circunstancia más temida, la que nadie desea, pero que en ocasiones (muchas desgraciadamente) se da, es la necesidad de pistear un búfalo herido. Una colocación deficiente de nuestro disparo, una rama maldita que ha desviado ligeramente el proyectil antes de alcanzar el blanco, un disparo precipitado a un búfalo que se movía… mil circunstancias nos pueden meter sin desearlo en un pisteo.
El autor con un bufalo cazado en Sudafrica con 404 Jeffery
Cuando el búfalo sale corriendo, y vemos que ha encajado un disparo, el PH va a dejar unos minutos para que la bala haga su trabajo, y la hemorragia acabe con la vida del animal. Pasados esos minutos de seguridad, se empieza a buscar lentamente al búfalo, con todas las precauciones del mundo, con la idea de que lo encontraremos muerto unos pocos cientos de metros más adelante. Sin embargo, si recorremos esos 300-500 metros, y el rastro sigue adelante, hay sangre, y el animal no está echado muriéndose… la cara de todo el mundo en la partida de caza se va poniendo más seria y más pálida; ahí es donde empiezan los problemas.
Regla no escrita de la caza peligrosa, “el cazador que ha herido al búfalo debe participar en el pisteo del animal”. Cuando las cosas se ponen feas y peligrosas, hay que echarle agallas y seguir adelante, ya que debemos recordar que nuestro disparo imperfecto ha sido quien ha generado la situación peligrosa, de modo que cada uno debe hacer frente a las consecuencias de sus actos. Hemos ido a África a cazar un búfalo, y hay que hacerlo hasta el final, aunque las circunstancias se pongan complicadas, para eso hemos elegido libremente nosotros cazar un búfalo y no una cebra. Aquel cazador que se queda atrás, y que deja el pisteo en manos únicamente de los profesionales, quedará completamente desprestigiado ante todos ellos.
El pisteo se realiza siempre sin seguro y con bala en recamara, listo para disparar. Si a nuestra arma se le puede quitar visor, se le quita, si no se puede, se pone a mínimos aumentos, porque es un disparo a bocajarro. El cazador no debe mirar nunca el rastro, sino que debe centrar su mirada hacia adelante, tratará de buscar cualquier indicio del animal oculto frente a ellos, el brillo de un cuerno, el movimiento de una oreja… que delate la posición de la que vendrá el posible ataque.
Viejo bufalo con boss impresionante, zona del disparo sobre el hombro
Así pues en esas circunstancias, se debe seguir escrupulosamente las indicaciones del PH que es quien dirige la caza, y apoyarlo en todo momento, ya que nuestro apoyo es necesario como rifle de cobertura. Nosotros no podremos ayudar demasiado en el pisteo, pero estaremos ahí en el caso de que el búfalo herido cargue contra el grupo, y haya que dispararle para detener su carga. El cazador es un rifle más, y si el búfalo carga, todo rifle presente será de valor inmenso porque cuando el animal nos ataque se echara encima del grupo en solamente 3-4 segundos, con intención de matar a quien sea capaz de alcanzar.
El búfalo herido no huye sin más; con frecuencia cuando se dé cuenta de que estamos siguiéndolo, nos esperará en una sombra, inmóvil e invisible, hasta que nos acerquemos a él, para lanzarnos una carga furiosa y mortal. Ese es el mayor peligro se este animal, ya que esa carga la lanzará cuando nos encontremos a muy corta distancia, y se trata de un animal muy potente. La única manera de parar una carga es con un disparo al sistema nervioso central del animal, que es únicamente el cerebro y la espina dorsal.
Para detener la carga no nos vale un disparo al corazón, solo un disparo al sistema nervioso derribará al animal. En muy pocos segundo tenemos que actuar:
si el búfalo viene con la cara alta, habrá que apuntarle entre los ojos, justo bajo el boss, para que le bala le entre al cerebro. Muy importante que el disparo no quede bajo y le dé en la cara, que no hará mas que enfurecerlo más y enloquecerlo de dolor.
si el búfalo está muy cerca y humilla la cabeza para cornear, nos enseñará la columna vertebral, y es un blanco complicado, pero igualmente efectivo, que derrumbará inmediatamente al animal.
7/ Conclusión
Cazar búfalo es una actividad de riesgo, que no se debe tomar a la ligera. Se trata de una caza que genera mucha adrenalina, ya que seguir las manadas es una actividad intensa y agotadora, en la que el cazador se siente muy cercano a la pieza a cazar, oliéndola, escuchándola… siempre ahí delante de ti.
De todas las cazas peligrosas, quizás esta y la del elefante son las más adictivas, y quien la ha probado repite. No hay muchos cazadores enamorados de la caza del cocodrilo, o del leopardo; pero sí que hay muchos Safaristas que repiten y siguen cazando búfalos año tras año… por algo será.
Solo un último consejo, si tiene la fortuna de poder cazar un búfalo, prepárelo con antelación, disfrútelo intensamente y exprima la experiencia hasta la última gota. Cazar búfalo cafre es la pura esencia de África.
El trofeo de eland no es facil de juzgar; posee unas caracteristicas diferenciadoras, que exigen un ojo entrenado para percibirlas. Este articulo pretende aclarar las ideas a quien tiene interes en cazar uno, para que le sea más facil juzgar el animal, cuando lo tenga delante.
eland en grupo
1/ Un animal con mucha personalidad.
El eland (Taurotragus oryx) es un antílope único, por su fuerza, su agilidad y su gran corpulencia. Nadie diría que es un antílope, y muchos lo verían más cercano a los bóvidos como toros o búfalos.
Cuando alguien caza un eland, se da cuenta de que es algo diferente; éste es un animal que no pasa desapercibido, y cuyo lance quedará grabado en la memoria. Es un animal que suele vender cara su piel, es desconfiado. Normalmente se mueve en grupos y siempre hay algún ejemplar vigilando, que nos impide la aproximación. Su rececho es un reto para el cazador, y cuando finalmente es capaz de derribarlo… es una auténtica mole, un gigante del mundo animal.
eland grueso y con anillos muy marcados mas corto pero que puntua muy alto
2/ Dimorfismo sexual
En los eland tanto machos como hembras tienen cuernos; aunque los cuernos de las hembras son más finos y su espiral menos marcada. Las hembras tienen el cuello más fino y por lo general son más esbeltas; tienen menos interés para el cazador deportivo, aunque los cazadores locales sí que las cazan por su apreciada carne.
Los machos son mucho más corpulentos (pesan prácticamente el doble que una hembra adulta), con un tercio delantero hiperdesarrollado, con joroba y una gran papada bamboleante. Los cuernos son gruesos y frecuentemente presentan un denso “flequillo” de pelo que les cubre la frente.
El eland tiene la particularidad de que sufre una metamorfosis brutal a lo largo de su vida. Cuando envejece es un animal absolutamente masivo en su aspecto, con cuernos muy gruesos, e incluso cambia de color, adquiriendo una tonalidad gris azulada.
3/ Grosor y longitud
Juzgar el trofeo de un eland es relativamente complicado. El primer indicador que deberemos valorar es la apariencia general del animal, su volumen, color, y la presencia de una importante papada; que nos dará una buena aproximación sobre si nos encontramos ante un ejemplar adulto, que puede ser portador de un buen trofeo.
ELAND corto, con espirales marcadas y color completamente azulado
Fiarnos del consejo de nuestro PH será siempre una buena opción, si le hemos indicado previamente el tipo de trofeo que buscamos.
Cuando hablamos de longitud en los cuernos de un eland, lo hacemos en el método más sencillo y universalmente aceptado, que es medir la longitud del cuerno más largo, desde la base hasta la punta, siguiendo todo el contorno del anillo espiral que va rodeando al cuerno. Esta es la medición adoptada por el Safari Club Internacional (SCI).
Los cuernos de un eland pueden variar desde una bonita forma de V, hasta ser prácticamente paralelos. Esto solo le afecta estéticamente, ya que no tiene relevancia en cuento a la puntuación que alcanzará el trofeo. Sin embargo los trofeos más abiertos suelen ser más valorados por los cazadores.
fabuloso eland del cabo cazado por antonio reyes muy largo y con espirales muy marcadas
Conforme un eland macho va cumpliendo años (se trata de un animal cuyo periodo de maduración es muy largo) sus cuernos van ganando en grosor, y poco a poco van perdiendo longitud debido al desgaste; es por esto que los machos más viejos, con cuernos muy gruesos, no son los que más puntúan para el SCI, ya que han perdido parte de la punta por desgaste.
Sin embargo, es muy relevante a la hora de valorar el trofeo de un eland el relieve que tienen los anillos espirales que rodean el cuerno.
Recordemos que la medición habrá de hacerse por encima del anillo espiral, de modo que un cuerno grueso, al que se le sume un anillo con mucho relieve, hará que la medición sea mucho más larga que otro macho en que el anillo esté poco marcado.
fernando campillo con su eland muy largo y con espirales poco pronunciadas
El cazador poco experimentado mirará básicamente la longitud “en línea recta” de los cuernos del animal, pero ese dato es completamente engañoso. Un trofeo muy grueso, y con un anillo espiral con buen relieve literalmente “se come” la cinta métrica, y finalmente puntuará mucho más alto que otro más largo y más fino, o con anillos espirales poco marcados.
4/ Trofeos
En el caso del eland, para el cazador que está muy interesado en “la cinta métrica” (que por suerte no son demasiados), se puede dar una aproximación orientativa:
– los Machos por encima de 30 pulgadas son un trofeo tirable
– si encontramos Machos por encima de 34 pulgadas son un gran trofeo
– un Macho por encima de 38 pulgadas es un animal único en tu vida
– Machos por encima de 40 pulgadas son un trofeo legendario que acabará entre los 50 primeros del SCI de todos los tiempos.
5/ Papada, flequillo y los “blue bulls”
Sin embargo, un viejo eland tiene algo distinto de todos los demás antílopes, tiene personalidad propia.
viejisimo ble bull de tono completamente azul y con cuernos muy desgastado
Esto es algo que no puede ser valorado por el SCI, ni por ninguna cinta métrica. Eso solamente puede valorarlo el cazador cuando lo está viendo avanzar entre los arbustos con su caminar bamboleante, ese es el momento en el que te enamoras de ese toro azul, y te olvidas de cuanto mide… tú quieres cazar ese.
Un gran eland macho desarrolla un poderoso cuello musculado, y una gran papada bamboleante, que le da una gran personalidad.
Mi buen amigo el taxidermista Juan Martin Infante (Taxidermia Hispanica) me dice siempre que para realizar correctamente la taxidermia de un eland es una de las especies más difíciles, puesto que es complicado sacar todas esas arrugas del cuello, y darle una imagen airosa a la papada, para que no parezca una tabla bajo el cuello.
detalle del flequillo de un eland
El segundo detalle que le da mucha personalidad al eland es su flequillo. Con mucha frecuencia los machos tienen toda la frente cubierta de un denso flequillo oscuro que diferencia a cada individuo. Esto no se da en todos los machos, pero sí que es muy frecuente.
El tercer detalle es que con el paso de los años, los eland van perdiendo parte del pelo del cuello.
El pelo es de color rojizo, mientras que el cuero de debajo es de un color gris azulado. Por ello el animal va cambiando de color, volviéndose de un color azulado, lo que hace que a los grandes machos viejos de los denomine “toros azules” (llamados “blue bulls” en inglés).
6/ Conclusión
Juzgar el trofeo de un eland es complicado. Estas notas sólo le servirán para hacerse una idea de que le gusta ;y asi decidir que es lo que puede buscar como cazador.
autor con un blue bull con cuernos muy paralelos gruesos y fuertemente anillados
Por suerte, el eland es una especie que suele ofrecernos una caza muy interesante, y un rececho bonito y sufrido, de modo que si encontramos un macho maduro, con cuernos gruesos, y con un poderoso cuello azul y papada bamboleante… podemos cazarlo con la mayor de las tranquilidades de que nos llevaremos un trofeo inolvidable.
PD : Todos los trofeos que aparecen publicados en este articulo han sido cazados en Spitskop Safaris