Cuantas
veces nos han hecho esta pregunta algunas de las personas de nuestro entorno
que no cazan. Lo primero que hemos de valorar es que solo el hecho de que nos
pregunten es muy positivo, ya que nos permite responder y explicarnos; la gran
mayoría de gente no nos entenderá y ni siquiera nos preguntara porque cazamos…
simplemente nos criticaran, y pretenderán acabar con nuestra actividad milenaria.
Así que cualquiera que nos pregunte nos está dando una oportunidad de razonar,
y todo aquel con quien se pueda razonar ya no es un animalista radical
incendiario. En los tiempos que corren… esto es una inmensa oportunidad que no
debemos desperdiciar.
POR TRADICION
Muchos
cazadores salimos cada domingo al campo porque es una tradición, social y
familiar. La caza se lleva practicando en España como una actividad
lúdico/social desde hace cientos de años, en todos los pueblos de cualquiera de
nuestras provincias.
Que
mejor podemos hacer en un domingo de invierno que juntarnos con nuestra
cuadrilla, como hicieron antes nuestros padres y nuestros abuelos, y salir con
tu gente al monte a hacer un gancho a los jabalíes, o dar un paseo con nuestros
amigos y perros por el campo en busca de perdices.
La
caza la llevamos realizando desde que el hombre es hombre, nos lo han inculcado
nuestros mayores, nos han enseñado a cazar, como a ellos les enseñaron hace
muchos años. No queremos perder esa tradición.
POR CARNE
La
caza llena nuestros congeladores de la mejor carne que nuestros campos
producen, libre de hormonas, de aditivos y de antibióticos. Nos encanta hacer
embutidos que podemos comer con nuestras familias, y saber que les ofrecemos
comer sano, y que esa carne es el fruto de nuestro esfuerzo.
La
gastronomía está llena de recetas maravillosas con las que poder disfrutar de
las piezas de caza que abatimos. Desde perdices encebolladas, a paellas de
conejo, o guisados de ciervo… cualquiera de ellas nos permite aprovechar esos
productos fantásticos. Nosotros obtenemos mediante la caza la mejor carne que
podemos conseguir, y la aprovechamos éticamente.
POR EL TROFEO
No
todo es carne, ni es solo tradición… a cualquier cazador le encanta conseguir
ese gran jabalí con navajas en la boca, ese viejo macareno que se las sabia
todas, que les había dado cien vueltas a otros cazadores durante años, pero que
un día se equivocó y tú estabas allí para aprovechar su error y hacerte con él.
La
caza por el trofeo es una justificación tan buena como cualquier otra; el ir
haciendo a lo largo de los años una
bonita colección de trofeos de caza en tu pared, que van a ir recordándote
lances, viajes, aventuras, paisajes, compañeros… las vivencias de toda una
vida. Tu sala de trofeos (sea mas grande o mas pequeña) es tu santuario
personal, donde has ido acumulando las experiencias de tu vida.
POR ESTAR EN CONTACTO CON LA
NATURALEZA
Hay
distintas maneras de disfrutar de la Naturaleza, y obviamente hay quienes la
disfrutan haciendo senderismo, escalando o cogiendo setas… yo las respeto
todas, pero para un cazador hay pocas vivencias tan íntimas y satisfactorias
como la soledad en el monte. Una espera nocturna a los jabalíes, en la que
escuchas todos los sonidos de la noche, o una salida al amanecer al campo con
tu perro en busca de perdices, donde lo ves trabajar entre las brumas del
amanecer… son vivencias incomparables.
La
Naturaleza es fascinante, y el cazador está enamorado de ella. La caza te
convierte en parte de la naturaleza, dejas de ser un espectador, para
convertirte en parte de la cadena alimentaria, eres un protagonista más en el
monte… sentirse dentro de todo eso es incomparable.
POR GESTION DE LA FAUNA
La
caza es un instrumento de gestión de las poblaciones animales. La caza sirve
para regular los desequilibrios en determinadas zonas, para evitar superpoblaciones,
para eliminar excesos de machos o de hembras, para proteger a los agricultores
que se ven perjudicados por presencia excesiva de animales que se comen sus
cultivos.
La
caza evita que en determinadas áreas se acumulen sobrepoblaciones de herbívoros
debido a la ausencia de depredadores naturales, evitando que esas
superpoblaciones den paso a problemas sanitarios como pestes, sarna etc…
Los
animales no viven aislados en un mundo Disney, sino que tienen que convivir con
los humanos, y con sus actividades económicas. La caza es la que ayuda a la
gestión de esos conflictos, y a evitar fricciones entre la fauna y las
poblaciones locales.
Asimismo
en el caso de determinadas especies realmente peligrosas para el ser humano,
como cocodrilos, leones, elefantes, leopardos, la caza es la que se encarga de
aquellos animales individuales que por su comportamiento o situación se han
convertido en un peligro para los habitantes de la zona.
POR CONSERVACION
La
caza es el mejor aliado de la fauna, y esto es algo que a los anticaza les
levanta ampollas. El primer conservacionista, y el que más cuida la fauna es el
cazador; porque tiene un profundo interés en ello.
Yo
aceptare que haya quienes no compartan nuestro modo de hacerlo, o quienes
incluso critiquen que ayudamos a la conservación de las poblaciones animales
para que haya muchos animales y después cazarlos… todo eso lo acepto. Pero lo
cierto es que los cazadores somos quienes ponemos bebederos para las perdices,
quienes ponemos comederos para los venados o jabalíes en los meses más duros, y
los que no queremos que haya furtivos que maten la caza indiscriminadamente.
En
aquellas zonas donde se caza, las poblaciones de animales son florecientes, y
aumentan. En las zonas donde no se caza… la fauna va desapareciendo poco a
poco. En África dicen “Who pays, stays”,
que más o menos quiere decir “el que paga
se queda”; porque aquellos animales que son beneficiosos para el hombre, y
que tienen un rentabilidad, se cuidan, se protegen, se cazan, y cada vez hay
más.
POR CONSEGUIR UN ESTADO DE
PAZ EN TU ALMA Y EN TU ESPIRITU
La
actividad cinegética es algo relajado, algo opuesto a la vida que ahora
llevamos en una sociedad moderna. Para cazar un animal has de ponerte de alguna
manera en su nivel, y el animal no tiene prisas, no tiene horarios, él solo
tiene las estaciones del año… tú has de abstraerte de los horarios, de la
agenda, de las prisas… y eso te lleva a un estado fantástico de paz interior.
Los ritmos cambian… y para cazar tú has te adaptarte a ese ritmo animal, al
ritmo pausado de la Naturaleza.
Para
cazar ese macho montes viejo que sabes que está en la sierra, y que viste un
día de verano… tendrás que subir a la sierra muchas veces para intentar
localizar por donde campea, crees que tendrás que buscarlo cuando salga a las
siembras en Abril, cuando los primeros brotes empiecen a apuntar, y el viejo
macho no tenga otra comida en el monte… A veces el conseguir un determinado
trofeo es un proceso de meses… y ese proceso en tu mente te aleja de los
problemas, de las preocupaciones, y del ruido de cada día.
CONCLUSION
Es
muy complicado explicar porque cazamos, porque cada cazador lo hace por una
mezcla de todas las razones que hemos enumerado anteriormente. Cada quien tiene
más peso en unas razones y menos peso en otras. Lo que sí es importante, en un
momento en el que hay mucha presión por parte de grupos ecologistas radicales,
es que debemos hablar, debemos explicar, y debemos preocuparnos de transmitir
nuestro mensaje a todos aquellos que quieran escucharnos.
Los cazadores debemos aprovechar cada ocasión
que surja para explicar en nuestro entorno lo que hacemos y porque lo hacemos.
Explicar a quienes nos pregunten porque la caza es buena para la fauna, porque
en las zonas donde se caza sigue habiendo cada vez más poblaciones de animales…
debemos hacer ver que hay otro punto de vista… no solo el de los animalistas,
que ya se encargaran de demonizarnos todo lo que puedan.
Como
cazador responsable, si estas realmente enamorado de la caza, tienes una
obligación; esta obligación es hacer notorio nuestro punto de vista, explicar cómo
pensamos los cazadores, y que es lo que hacemos. Siéntete responsable de
explicar NUESTRO mensaje, que no sea solo el mensaje de los que nos critican el
que llega al gran público. Para ello, cada uno de nosotros debe llegar a su pequeño
círculo, a los vecinos, a los padres del colegio o a los compañeros de trabajo.
Tú eres el último responsable de que esas gentes que te rodean también escuchen
una versión sobre la caza… la nuestra.