mayo 27th, 2017 by JM Aranda

Ataque de cocodrilo filmado a camada lenta… imagenes espectaculares que ponen los pelos de punta.

 

Las imagenes a camara lenta nos dan una nueva perspectiva del letal ataque del cocodrilo a los ñus.

croc

Cocodrilo devorando un pequeño hipopotamo

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mayo 26th, 2017 by JM Aranda

 

Un gran leon macho mata una indefensa cria de bufalo recien nacido. La cria está sola, separada de su manada, y por ello el león no le da ninguna opción. Cuando salta se acerca al ternero, no sabe lo que se le viene encima.

A big lion male attacks and kills a young buffalo calf. The calf is alone, far away from the herd… and has no option to survive.

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mayo 21st, 2017 by JM Aranda

Leopardo mata a uno de sus enemigos ancestrales, el babuino. Unas imagenes duras de como le da muerte y se lleva el cuerpo para devorarlo.

https://www.youtube.com/watch?v=3llvuBQshME

 

El babuino suele plantar cara, con frecuencia con éxito, a los leopardos. Los monos tienen la ventaja de que suelen ser varios machos los qu epueden defender al grupo, y los viejos machos adultos tienen unos colmillos larguisimos que saben usar

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LIon face
mayo 20th, 2017 by JM Aranda

Leones y vallas es un analisis  del debate candente que hay en estos ultimos años sobre la discutida caza de leones en Sudáfrica.

 

La protección de la fauna

 

El siglo XIX y la época dorada de los Safaris, en la que las extensiones infinitas de África estaban densamente pobladas de caza quedó atrás hace muchos años. Desgraciadamente este mundo se está llenando de gente, y África más rápidamente que otras zonas del globo; y estos nuevos millones de personas presionan a los ecosistemas roturando nuevas tierras, pastoreando o construyendo poblaciones donde antes no había nada. Caza vez quedan menos territorios vírgenes, alejados de la civilización, donde la fauna prospere sin intervención del hombre.

 

En este nuevo y complejo mundo en el que a la fauna de hoy le toca vivir, y a nosotros cazar, la protección de la Naturaleza y de la fauna es básica para su supervivencia. Ha habido y sigue habiendo distintos sistemas de gestionar la protección de la fauna:

 

  • El viejo sistema de que la fauna “no es de nadie”, porque los animales son libres, se ha comprobado como un mal sistema, ya que nadie se encarga de protegerla. En las áreas donde la fauna no tiene protección, pronto las poblaciones se ven seriamente mermadas por el furtivismo, la desaparición de su ecosistema, o la caza incontrolada.
  • El primer paso histórico en el conservacionismo de la fauna fue cuando se establecieron áreas de caza, que eran propiedad del Rey, modelo que se dio frecuentemente en Europa, como sistema para que el mismo Rey pudiese disfrutar en exclusiva de áreas de caza con mucha fauna, a costa de privar de esa caza a sus súbditos. Este fue el embrión de muchos de los Parques Nacionales de hoy en día.
  • Hay otra posibilidad, modelo utilizado en los Parques Nacionales modernos, que consideran que la fauna es propiedad del pueblo en su conjunto, y por lo tanto debe ser protegida por sus representantes, el Gobierno y sus funcionarios. Pero este sistema solo se ha demostrado realmente efectivo en África cuando se ha combinado con la propiedad pública del terreno, en los Parques Nacionales; y ha sido un fracaso en las áreas de propiedad privada.
  • Uno de los modelos más exitosos de gestión de la fauna en África ha sido el modelo Sudafricano, que consiste en que la propiedad de la fauna es del dueño de la tierra, igual que los árboles, las rocas y todo lo que hay sobre su propiedad. Este modelo gestiona el 70% del total de la fauna sudafricana, y es un ejemplo claro de una gestión que funciona bien, ya que el granjero propietario de la tierra, valla su propiedad y se encarga de cuidarla, gestionarla y protegerla.

 

Las vallas y la ética

 

La fauna en el s.XX ya no se mueve libremente por áreas infinitas, ya que en el mundo moderno, se ve limitada por los elementos naturales que siempre ha habido como ríos y accidentes geográficos, o por nuevos elementos artificiales, como autopistas, áreas urbanas o zonas agrícolas que limitan sus ecosistemas. Asi pues, la existencia de vallas que limiten su movimiento no deja de ser una nueva limitación, porque de hecho ya existían áreas más o menos “cerradas” por los elementos citados, donde los animales están viviendo como en “islas” en mayor o menor medida.

 

La caza ética implica que el animal cazado tenga oportunidad de huir del cazador, y que si el animal es capaz de detectar la amenaza y huye, pueda salvar su vida. Para que este hecho se dé, es imprescindible una extensión mínima del área de caza, ya que esa la que permitirá al animal que ha huido que difícilmente podrá volver a ser localizado inmediatamente para volver a cazarlo. Por suerte, la gran mayoría de las fincas en Sudáfrica son de extensiones grandes, de modo que los animales cuesta localizarlos, hay que rececharlos haciendo “las cosas bien” para tener éxito, y si nos detectan y huyen, habremos perdido nuestra oportunidad y tendremos que buscar otra nueva manada de animales para volver a repetir otro lance.

 

 

lioness

Leona con cria

La caza ética en un área vallada debería ser igual para la caza de leones u órix en Sudáfrica que para la de venados en Toledo; al fin y al cabo consiste en que pese a la existencia de vallas, el animal tenga oportunidad de escapar.  La existencia de vallas no debería más que garantizar, que en el área que vamos a cazar habrá las especies que buscamos y en la densidad deseada, cosa que nunca podremos saber con certeza en áreas abiertas.

Desgraciadamente con demasiada frecuencia ha habido picaresca en la organización de Safaris por parte de organizadores con pocos escrúpulos, y ha hecho que algunos sufridos cazadores hayan estado diez días dando vueltas en un pantanal infecto, en busca de unos pocos búfalos de los que no han llegado a ver más que algunas huellas en el barro en los diez días que allí han estado; pero esto no es exclusivo de África, ya que cualquier cazador español sabe tristemente de monterías en las que han pagado una fortuna por un puesto y luego no había animales en la mancha.

 

Leones en áreas valladas

 

Los leones son una de las especies más complicadas de hacer convivir con el ser humano. En cualquier área mínimamente habitada, la existencia de poblaciones de leones da lugar a frecuentes problemas con los nativos, las menos veces por ataques a personas, la mayoría de las veces por ataques a ganado o merodear en la cercanía de los poblados.

lion

Leon al atardecer

Esto suele acabar con la muerte de los leones… y a medio plazo con la desaparición de la población leones en el área.

 

Asi pues, las poblaciones de león solamente sobreviven en estado salvaje en áreas muy remotas o en los Parques Nacionales; en estas circunstancias, la posibilidad de que en fincas valladas haya poblaciones viables de león en manos privadas es una oportunidad de vida para muchos leones.

Obviamente los leones, para realizar una gestión ética de los mismos, deben vivir en un espacio lo bastante amplio para que el ecosistema, y las poblaciones de herbívoros que habitan en la granja sean capaces de sostener esa población de depredadores sin que los lleve a la extinción.

 

Lógicamente, en las fincas donde hay leones, cuando se cazan antílopes, se suelen dejar los cuerpos allí, para que la carne sea comida por los leones, y de ese modo estén alimentados unos días, y no cacen nuevos animales en los dos o tres días siguientes; evitando así el exceso de caza sobre las poblaciones de antílopes.

lioness

Caza de leona en Sudafrica

La gestión de fincas con leones es complicada, ya que cuando el macho dominante es cazado, el nuevo señor del harén suele matar a los cachorros para conseguir que las leonas entren de nuevo en celo en un periodo breve de tiempo; por esta razón, normalmente se mantienen unas cuantas leonas reproductoras en una área pequeña separada, allí ellas crían sus camadas, y cuando los leones jóvenes ya se independizan de sus madres (a los 12-18 meses de edad) se sueltan en el área general, donde se integran en la manada.

 

Los verdaderos cazadores deberíamos estar en desacuerdo con la caza “enlatada” de leones, si esa caza consiste en disparar a un animal que acaba de ser liberado o que se caza en un área muy pequeña donde el animal no tiene escapatoria. El cazador deberá sospechar de aquellos Outfitters que le llevan a un sitio donde solamente ven al león que tienen contratado, y no hay ni rastro de leonas ni de otros leones de otros tamaños, o de aquellos sitios donde no se ven restos de animales devorados en ningún sitio de la zona de caza; esos son signos inequívocos de un león que ha sido criado en una área cerrada y que acaba de ser liberado en la zona de caza, y ése es el único león suelto en toda la finca.

 

lion

Leon enfadado

Sin embargo la caza de leones en áreas valladas no ha de ser así forzosamente, se puede y se debe hacer de otra manera, ya que la caza sostenible de leones en áreas valladas es el único futuro que existe para que los leones sobrevivan fuera de los Parques Nacionales. Se pueden cazar leones en fincas grandes, donde mientras se va buscando el que a nosotros nos interesa veremos otros ejemplares, y podremos ver signos de que los leones han cazado, y que los leones viven en ese área de una manera natural aunque sea controlada.

 

Esta caza debe hacerse como la caza de cualquier otro antílope de los que cazamos habitualmente en nuestros Safaris. Debemos asegurarnos con la organización del Safari de que los leones están libres en el área de caza, que hay una población de leones que vive y caza allí de manera autónoma, y que la finca tiene la dimensión suficiente para sostener esa población y permitirnos una caza real que suponga un reto para nosotros y que permita que los leones tengan su posibilidad de huida, una oportunidad ética para sobrevivir.

 

 

LIon face

La cara del verdadero señor de Africa… el rey

La caza de leones en areas valladas no es la caza ideal que todos los cazadores desearíamos, pero no todo el mundo puede permitirse hacer un Safari de 21 dias en Tanzania, pagar unas tarifas diarias y unas tasas de abate escalofriantes; menos de 100 leones completamente libres se cazan cada año en todo el continente negro. Sin embargo cada año se cazan en Sudafrica más de 400 leones nacidos en cautividad, y por este medio muchos cazadores de todo el mundo pueden cumplir su sueño de tirar uno de los “big five”.

 

Lo que siempre debemos tener en cuenta los cazadores es lo siguiente, si no hay caza de león permitida en áreas valladas, ningún granjero va a mantener una manada de leones en su finca, que cada semana le van a matar un par de antílopes, y que nadie le pagará, ya que eso arruinaría su economía. En Sudafrica no hay ni un solo leon salvaje fuera de los Parques Nacionales, de modo que si esos leones manejados por fincas privadas desaparecen, las poblaciones de león se verán restringidas unicamente a los Parques Nacionales, y además su caza deportiva se convertirá en muy excepcional (porque apenas habrá permisos) y prohibitivamente cara.

 

Jose María Aranda

 

arandalaudo@gmail.com

 

 

 

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Hippo
mayo 15th, 2017 by JM Aranda

 

Introducción Hipopótamo

El Hipopótamo (Hippopotamus amphibius) es uno de los más conocidos iconos de África, su imagen masiva de corpulencia es una de las más impresionantes que te puedes encontrar en la fauna africana.

Jippo

Hippo

Los hipopótamos son animales únicos y absolutamente peligrosos, ninguna otra pieza de caza se le parece, y su caza en un entorno acuático que no es facil para el hombre siempre resulta un reto interesante.

Aunque tradicionalmente no está considerado entre “Los 5 Grandes”, que son león, leopardo, elefante, búfalo y rinoceronte; claramente es el “Sexto grande” ya que nadie duda que la caza de este coloso es una actividad peligrosa. El Hipopotamo y el cocodrilo son los que suman el equipo de los “7 Peligrosos”.

 

Biología y comportamiento

El hipopótamo  es un animal semiacuatico tremendamente agresivo, que es temido por esta causa en toda África, y además es el tercer mamífero terrestre más grande del mundo, después de elefantes y rinocerontes. Lidiar con un hipo enfadado no es una actividad cinegética que puedan llevar a cabo quienes no estén seguros de tener sangre fría y nervios templados.

Hippo

Hipopotamo pastando fuera de agua

Es un herbívoro, que pasta en la hierba cercana a los ríos, que por tener una piel delicada debe pasar las horas de sol refrescándose en el rio, ya que al tener la  piel carente de pelo no aguantan una exposición prolongada al duro sol del día. Sin embargo a la caída de la tarde, los hipopótamos salen del agua, y de dirigen hacia las zonas de pasto en ocasiones incluso a considerable distancia del rio, en las que se alimentaran durante las horas nocturnas.

Los hipopótamos pese a ser animales de gran tamaño, se mueven con agilidad fuera del agua, su corpulencia no debe engañarnos, ya que son capaces de desarrollar velocidades en tierra de 30 km/h. El hipopótamo a diferencia de los cocodrilos, ataca con frecuencia fuera del agua, y cuando se siente amenazado busca su refugio dirigiéndose rápidamente de nuevo a la protección que le proporciona el agua (donde sus enemigos no pueden alcanzarle). Por ello hay un viejo dicho Africano que dice que “si quieres ver de frente a la muerte, interponte entre un hipopótamo y el agua”

Hippo

Hipopotamo en el agua

Los mayores hipopótamos machos pueden sobrepasar las 2 Toneladas de peso, aunque las hembras rara vez sobrepasan 1.4 toneladas.  Los ojos, las orejas y los orificios nasales están situados en la parte superior del cráneo, se trata de una adaptación al medio semiacuático, de modo que puedan permanecer con el cuerpo sumergido, y asomar sobre el nivel del agua solo la parte superior del cráneo y así poder ver, oír y respirar. Su piel tiene un increíble grosor de 6 centímetros, y le protege de los ataques de depredadores, y de las agresivas peleas que se producen constantemente entre los machos, en los que los caninos inferiores son usados para apuñalar a sus rivales. Sus orificios nasales se cierran automáticamente cuando el hipo se sumerge, de modo que no entra agua en su aparato respiratorio.

Hippo

Hipopotamo con su mandibula abierta

La mandíbula de un hipopótamo es un diseño asombroso de la naturaleza. Los poderosos  músculos maseteros le proporcionan una brutal fuerza de mordida, la articulación que une ambas mandíbulas está situada tan atrás que le permite abrir sus fauces con un ángulo cercano a 180 grados; y además está dotado de unos inmensos caninos de marfil, que se afilan continuamente cada vez que cierra la boca, frotándose contra el diente de la mandíbula superior. Los largos caninos inferiores, que crecen hasta una longitud asombrosa de 40-50 cm. de largo (fundamentalmente  en los machos), son usados como afiladas dagas por los machos en sus continuas luchas, ya que éstos son animales agresivos y pendencieros.

 

Distribución

Hipopotamo amenazante

El Hipopótamo se encuentra ampliamente distribuido en la gran mayoría de ríos y lagos de todo el África subsahariana, desde el África ecuatorial (Congo, Tanzania o Kenya) hasta Sudáfrica. Se le caza por su carne, que es consumida por los nativos en todo África y por sus colmillos de marfil, que se venden como sustitutivo del marfil de elefante. Su situación en general no es excesivamente preocupante y se encuentran poblaciones saneadas en la mayoría de las zonas de caza. Aunque obviamente hay diferencias importantes de unas areas a otras.

 

Peligrosidad

Suelen establecerse en grupos controlados por un macho dominante, que establece su pequeño territorio en una zona del rio, y en el que vive todo su grupo familiar, que puede ser desde un modesto harén de 2-3 hembras hasta grupos enormes de 20 hembras.

Hippo bull

Manuel Lopez con un buen hipopotamo cazado en el Caprivi (Namibia)

El macho defiende constantemente y con una agresividad manifiesta su territorio, de la presencia de otros machos rivales, o de cualquier otro intruso como pueda ser un bote cargado de humanos. Cualquiera que invada “su” zona de control es visto como un intruso al que hay que echar inmediatamente, y el gran problema es que nadie excepto él mismo sabe donde empieza y donde acaba el territorio de cada hipopótamo. Es por esto por lo que los hipopótamos causan muchas muertes cada año en África, porque los ataques son frecuentes, y por la fuerza que tiene un animal del tamaño de éste…  con frecuencia son ataques con consecuencias mortales.

Cuando los encuentros con los hipos se realizan en Tierra su agresividad es elevada, ya que ellos no se sienten tan protegidos. Las hembras acompañadas de crías son agresivas para proteger su pequeño, y los machos son agresivos en todo momento. Si se sienten amenazados buscan regresar al agua, donde se sienten más protegidos, y nada puede detenerlos en su camino hacia el agua, son como un tren de  mercancías a toda máquina imposible de detener.

Los hipopótamos han sido sorprendentemente bendecidos por el mundo occidental por una imagen dulce, cariñosa  e infantil; esta situación es completamente alejada de su agresiva realidad, ya que los hipopótamos tienen un muy mal carácter y un comportamiento agresivo y peligroso; están considerados como el animal más peligroso de Africa.

 

Caza

Hippo

El autor con un hipopotamo cazado en el Rio Kwando

La caza deportiva de hipopótamo es una actividad altamente peligrosa, ya que se trata de uno de los animales más agresivos, considerablemente más agresivo que cocodrilos o elefantes. Un hipopótamo cargará con frecuencia hacia los cazadores, y no es un animal fácil de parar, ya que hay que colocarle una bala en el cerebro, que se encuentra en la pequeña “V” que tiene entre los dos ojos. Pese a no estar considerado como uno de “los 5 Grandes” por los safaristas clásicos, sin duda se ha convertido por derecho propio en una de las cazas peligrosas que se realizan en África.

Adicionalmente el entorno acuático en el que se lleva a cabo es un aliciente de cazar en un entorno  diferente, un medio en el que no nos sentimos tan comodos como en tierra; zonas encharcadas, usando botes frecuentemente, y normalmente en zonas donde además de los hipopótamos solemos tener la inquietante presencia de cocodrilos a nuestro alrededor.

Para seleccionar el trofeo a abatir, normalmente se busca el macho dominante, ya que los machos tienen colmillos caninos mucho mayores. Como frecuentemente abren la boca de manera amenazadora, eso nos va a permitir evaluar el trofeo del animal; si no abre la boca, lo único que podemos hacer es fijarnos en el tamaño de las protuberancias que tienen a los lados de las fosas nasales, que son causadas por el alojamiento de los caninos de suben desde la mandíbula inferior.

 

Hipo en el agua

No hay apenas dimorfismo sexual, de modo que seleccionar el ejemplar a abatir es una tarea complicada, y elegir una hembra con un pequeño trofeo es una error importante que debemos evitar (ya que habremos usado  con esa hembra nuestra cara licencia de hipopótamo); así que debemos confiar en el criterio de nuestro PH, y asegurarnos de disparar sobre el ejemplar que nuestro guía nos indica, ya que con frecuencia al estar en grupo y moviéndose, es fácil equivocarse de objetivo.

La mayoría se cazan en el agua, que es donde pasan las horas de sol del día. En estos casos se trata de un disparo de precisión, no suele ser mucha distancia, y es frecuente tener mucho tiempo para preparar el disparo. Sin embargo el blanco es pequeño, y si no colocamos el proyectil en el cerebro el animal se hundirá, y al estar en ríos o lagos grandes podemos perderlo. Para el disparo en el agua es fundamental un calibre contundente pero que sobre todo tengamos la confianza suficiente para hacer un disparo de precisión, y que tengamos la seguridad de que vamos a ser capaces de colocar la bala donde queremos.

Hippo

Familia de hipopotamos en Chobe, Botswana –

Su caza en tierra es una aventura peligrosa, ya que se suele hacer con la última luz del día o por la noche. En tierra son animales impredecibles, y el lance es rápido y cargado de adrenalina; el problema es que en esas circunstancias es muy complicado evaluar la calidad del trofeo, o incluso si es macho o hembra el animal que tenemos delante. Para esta caza en tierra necesitaremos un calibre poderoso con poder de parada y un proyectil solido con mucha penetración que nos asegure alcanzar los órganos vitales del animal.

En una ocasión estaba cazando con unos clientes hipopótamos en la Franja de Caprivi (Namibia) en el Rio Kwando (afluente del famoso río Okavango), y disparé sobre un hipo en el agua, que se hundió y cargó contra nosotros, saliendo del agua frente a nuestra posición.

Hippo

Hipopotamo con el disparo en la frente

Acabamos con él a 7 metros de nuestros pies, ya en tierra, y este es  el animal que más me ha apurado de toda la fauna  africana que yo he cazado. Por este motivo mi recuerdo sobre la caza de hipopótamo es muy positivo, y le doy el valor que tiene en enfrentarse a este coloso, porque puede cambiar todo en unos segundos; por el contrario quienes han tirado un hipo en el agua, lo han acertado de pleno, y ha muerto instantáneamente, en ocasiones dicen que es una caza sencilla, y que les ha parecido poco excitante. El paso de una caza sencilla y sin complicaciones a una carga furiosa y potencialmente letal hacia los cazadores, en el caso de un hipopótamo macho… es cuestión de segundos. Es uno de los animales más impredecibles a los que te puedes enfrentar.

 

Conclusiones

Esta caza no es adecuada para quien no le guste el riesgo, porque el hipopótamo con frecuencia nos pone en situaciones apretadas, cargadas de adrenalina; aunque por otro lado, si todo va bien, puede ser una caza sencilla con un disparo quirúrgico de precisión que acabe con el animal.

Pastando

No es un animal económico, de modo que es importante asegurarse de elegir el trofeo que buscamos, y no es fácil diferenciar machos de hembras. Es un error frecuente, de modo que es fundamental asegurarse de seleccionar el animal adecuado ates de apretar el gatillo.

Nos vemos cazando en África

José María Aranda

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Leona
mayo 14th, 2017 by JM Aranda

La caza de mi leona. Introducción

infinitas llanuras de kimberley paraiso de los springboks

Llevaba tiempo pensando en regresar a África, después de un par de aventuras “oseras” que me habían llevado por las tierras heladas de Alaska y de Rusia, ahora empezaba a echar de menos el calor seco de las tierras del Sur de África. Cuando has experimentado la caza en condiciones muy duras como las de Rusia y Alaska, en las que las comodidades son mínimas, y los profesionales de la caza son mas bien “secos”; entonces agradeces mucho el regresar a esa tradicional hospitalidad sudafricana, tan propia de su cultura “boer”, en la que colman de atenciones al huésped, y donde la cacería se desarrolla con un nivel de comodidad muy alto.

la hierba estaba muy alta dificil para ver facos

Así que el pasado mes de Marzo me fui a FICAAR, a contactar con alguna orgánica que me ofreciera cazar algún “gato” en buenas condiciones. Me encontré allí con la gente de Spitskop Safaris, que están especializados en la caza de leones y de los que tenía buenas referencias, estuve  un rato hablando con ellos allí en la feria; luego volvi a hablar varias veces telefónicamente con Jose María Aranda aquí en España en las siguientes semanas y finalmente me decidí y cerré mi Safari con ellos.

http://www.spitskopsafaris.com/

Me prometieron que sus leones vivían “libres” en una finca vallada de 20.000 hectáreas, donde los leones cazaban y sobrevivían por sí mismos de manera autosuficiente y que ellos no te “soltaban” un león unos días antes de tu llegada para que tú lo cazaras… Eso era completamente distinto a lo que me ofrecían todos los demás… de modo que me sonaba bien… si aquella oferta era cierta podría ser una buena cacería. Como uno ya está harto de engaños en este mundillo de la caza… me tomé sus palabras con cautela, ya lo veríamos cuando llegase el momento.

 

El Viaje

 

Como llevaba mi propio rifle (mi inseparable Blaser del 338 Win. Mag.) me decidí por el vuelo de Iberia, que como todos los cazadores que ya han ido por allí saben, es muy cómodo porque sale a medianoche de Barajas, y te encuentras por la mañana en Johannesburgo. Cuando andas con rifles y papeleos burocráticos de por medio… el hacer una escala intermedia en el vuelo multiplica las posibilidades de fallos y de que tus armas no lleguen a su destino… de modo que prefería asegurar aunque el billete salga algo más caro. Un pequeño ahorro en el billete puede acabar saliendo muy caro si los rifles no te llegan en su momento.

aeropuerto de kimberley a mi llegada

A mi llegada a Kimberley, donde tienen su base la gente de Spitskop Safaris, me encontré con la agradable sorpresa de que además de Adam Barnard esos días estaba allí también Jose María Aranda, que me recogió en el aeropuerto, y que me acompañó en alguna de mis jornadas de caza.

 

Antílopes

 

Además de la leona, pensaba cazar algunos antílopes que me faltaban para mi colección, y con esos íbamos a empezar el Safari. Quería aprovechar mi estancia en estas tierras áridas del Norte de Sudáfrica (donde los springboks habitualmente son de los más grandes de todo África) para cazar el “Grand Slam de Springboks”, que consiste en abatir los cuatro colores existentes de springboks, el blanco, el negro, el cobre y el común (que aquí es la subespecie del Kalahari).

Scimitar Oryx

orix cimitarra

En las planicies herbáceas de Kimberley, los springboks pastaban por cientos, pero el acercamiento a las manadas era muy complicado, ya que siempre hay centinelas que si te ven, echan a correr arrastrando a toda la manada. Los tiros fueron largos, y el conseguir los cuatro colores del Grand Slam fue muy laborioso… un reto muy bonito para mí, porque tuve que sufrir para conseguirlos, especialmente con el cobre, que lo deje para el final, y tuve que cazarlo en un día horrible con lluvia y mucho frío… en el que tanto mi PH Bradley como yo mismo acabamos calados hasta los huesos.

black Springbok

springbok negro y mi PH bradley

Es en esos momentos en los que estás helado y calado, cuando te das cuenta de cómo son aquellas gentes. La dueña de la finca en la que estábamos me dio ropa de su marido (me dio hasta ropa interior porque la mía se podía escurrir), me dio comida caliente y aguardiente para que entrara en calor… y no me dejaron irme hasta ver que ya estaba recuperado; no creo que nunca me olvide de cómo me trataron aquella familia de granjeros boer. Ese tipo de hospitalidad y de calor humano, es el que se agradece tanto en esas circunstancias.

 

Tenía también muchísimo interés en cazar el Órix Cimitarra (Oryx dammah), una especie de Órix muy adaptado a la vida en el desierto que ha sido extinguido por el furtivismo en su hábitat natural (que era todo el desierto del Sahara desde Egipto hasta Marruecos) y que sobrevive en el mundo gracias a las fincas de caza en Sudáfrica y Texas. No es fácil de encontrar la posibilidad de cazarlo, ya que no hay apenas oferta de permisos CITES para poderlos cazar, hacía tiempo que tenía en mente el conseguirlo… y con esta gente de Spitskop Safaris tenia la oportunidad de hacerlo. Finalmente, tras un rececho largo que me obligó a tirarlo a larga distancia, puede abatir un precioso macho.

 

Leona

 

Llego el momento de la verdad y nos fuimos a cazar mi leona, Jose María me acompañaba como rifle de apoyo, con su rifle del 404 Jeffery, yo llevaba mi querido 338 Win. Mag. con puntas blandas Winchester Core Lockt. El día amaneció nublado y con amenaza de lluvia… así que nos pudimos a ello bien pronto, para aprovechar las pocas horas que esperábamos que no lloviese. A primera hora buscamos desde el coche en los caminos, descartamos varias huellas más antiguas y una de macho, hasta que dimos con una huella fresca que nos interesaba; un rastro de esa misma noche, se trataba de una huella de una hembra grande, que se hundía profundamente en la arena del desierto, era un animal pesado, y además no llevaba cachorros (requisito imprescindible para la propiedad de la finca).

tracks

las primeras huellas con esto empezo todo

Comenzamos a caminar sobre sus huellas, con las lluvias de los días anteriores, y el suelo arenoso del Kalahari el pisteo era relativamente sencillo, hasta yo era capaz de seguirlo en la mayoría de las ocasiones. La leona había estado cazando, vimos donde se había ido acercando a una manada de antílopes, donde había dado el salto (las garras estaban clavadas en la arena) y donde habían arrancado a correr los órix, que en esta ocasión habían salvado la vida. Las horas iban pasando, y ya casi era mediodia, la leona seguía de caza, y nosotros detrás de ella.

baboon

el babuino que habia matado mi leona aun estaba caliente

La tensión era enorme, el caminar era completamente en silencio, solo nos comunicábamos por signos, ya que nunca sabes donde vas a encontrar al felino, puede estar echado en cualquier lado. Cada vez que nos aproximábamos a un arbusto denso, en el que no se veía su interior, se tomaban infinitas precauciones y se rodeaba el obstáculo apuntando rifles hacia allí, hasta asegurarnos de que allí no estaba la leona echada… la hierba estaba muy alta, muy seca y de color amarillo… la leona podía estar en cualquier lado…

leona

leona

Cuando ves como se comportan los profesionales, cazadores que llevan docenas de leones a sus espaldas, y ves que están completamente concentrados, y que no hay ninguna broma… te das cuenta de que te la estás jugando. La caza peligrosa no es lo mismo que cazar gacelas o venados… aquí te la estás jugando de verdad, y la leona te puede dar un susto en cualquier momento.

 

De repente los pisteros nativos señalaron un bulto bajo la sombra de una gran acacia, el PH me lo señalo, y me dijo que observáramos inmóviles hasta saber que era. Parecía un animal, estaba medio tapado y no se movía. Nos acercamos con precaución y descubrimos un babuino muerto, aun estaba caliente y le faltaba medio cuarto trasero que se había comido el felino. Justo detrás vimos donde la leona lo había atrapado y los rastros de sangre del arrastre. El PH estaba nervioso y no dejaba de mirar alrededor, ya que la leona había estado dando vueltas por allí y era imposible determinar cual era el rastro bueno. La leona había matado, y no se habría alejado demasiado del cadáver del mono… tenia que estar muy cerca.

Leona

Estaba feliz con mi leona

Comenzamos a dar vueltas en espiral, alrededor del cadáver del mono, abriendo cada vez más la búsqueda, convencidos de que la leona no andaría lejos. El silencio era tan denso que se podía cortar con un cuchillo, es increíble como cinco personas concentradas en la caza pueden desplazarse por la sabana sin siquiera hacer crujir una ramita bajo sus pies. Ni quince minutos habían pasado, cuando el pistero señaló hacia la izquierda, y en ese momento todos los acontecimientos se precipitaron, y todo pasó como a cámara lenta.

 

La leona estaba allí, a unos 50 metros de nosotros, echada bajo un espino, mirándonos inquieta y amenazadora, y el PH me puso el trípode y me susurró que disparara. Jose María y él se situaron a mi lado con los rifles apuntando al gato. Me tomé mi tiempo, y apunté detrás de la pata delantera, cuando el animal esta echado es muy difícil calcular la altura porque los órganos vitales quedan pegados al suelo, y la hierba tapa medio cuerpo… siempre tienes miedo de hacer bajo y enterrar la bala en la arena. El 338 tronó y la leona dio un salto rugiendo en el aire, cayo como en un remolino buscando lo que le dolía en las costillas (luego vimos que el tiro había sido un poco trasero y la había alcanzado atrás en los pulmones), y salió corriendo; mientras yo recargaba ella ya corría y no pude volver a dispararla.

 

Salimos nosotros corriendo detrás de ella y vimos a la leona que había parado a unos cien metros bajo una acacia baja, se la veía muy mal, y estaba mirándonos de frente, gruñía amenazadora, iba a cargar. A mi izquierda  Jose María me susurró “Tírala Manolo que está muy viva”, yo dudé un instante pero luego me encaré el rifle y le mandé un segundo proyectil que le dio en el cuello, y la dejo tumbada… como muerta.

Lioness

foto de recuerdo con jose maria aranda que me hizo de rifle de apoyo sonrisas de satisfaccion

Esperamos un minuto aproximadamente… parecía que habían pasado quince… tensión máxima… los rifles apuntando al frente, bala en recamara y seguros quitados… allí no se canteaba nadie. El PH Bradley me dijo, “Cuidado Manolo que las que te agarran son las que parecen muertas” y comenzamos a avanzar despacio. Cuando estábamos a veinte metros nos detuvimos, ya la veíamos perfectamente, estábamos detrás de ella, y veíamos su respiración jadeante y profunda… pero estaba aun viva… demasiado viva. El PH susurró, “puede que le hayas roto el cuello… rodeémosla sin acercarnos, para ver el otro lado”. Cuando comenzamos a rodearla, estábamos a no más de veinte metros de ella, alguien pisó una rama, que crujió y la leona se levantó de un bote rugiéndonos amenazadora, la cara llena de sangre, las orejas hacia atrás y enseñándonos los dientes, una imagen de pesadilla que nunca olvidaré. Le apunté inmediatamente al pecho, y le mandé un último recado, que esta vez sí que fue mortal, y la tumbó definitivamente.

 

Aun estuvimos dos o tres minutos de seguridad, para asegurarnos de que efectivamente estaba muerta, después del susto que nos acababa de dar revolviéndose a veinte metros de nosotros. La adrenalina había sido tan grande y la tensión tanta que aun bromeé diciendo que debía acercarme a rematarla con mi herramienta Leatherman… ante las sonrisas de complicidad de Jose María y de Bradley, el PH.

 

Finalmente nos acercamos, comprobamos que la leona estaba definitivamente muerta tocando el ojo con la punta del cañón, y en ese momento sentí como una liberación, como si me hubiese quitado una mochila de 50 kilos de la espalda. Toda la tensión de las horas anteriores desapareció en un instante, mientras todos nos fundíamos en abrazos de felicitación.

 

Se trataba de un animal enorme, una leona de unos 9 años, que pesó la friolera de 180 kilos en la báscula de la finca… una hermosura de animal. Por fin ya tenía mi primer “Big Five”…. y el modo en que lo había cazado (a la huella, como debe ser, sin ventajas para el cazador) había sido un sueño para mi. La sesión de fotos fue larga, ya que yo siempre digo, que las fotos que no hagas en ese momento nunca más tendrás la oportunidad de hacerlas… y cuando estábamos terminando con las fotos ya comenzó a llover, y tuvimos que regresar a la finca, con la sonrisa pintada en la cara porque había hecho realidad un sueño. Había cazado mi leona, y lo había hecho como yo siempre había querido hacerlo, la realidad había superado mis mejores expectativas.

 

Conclusión

 

Ya estoy de vuelta en casa, con la clásica depresión de la vuelta a la dura realidad; después de la experiencia vivida en África, ya empiezo a tener cierta perspectiva de lo vivido. Mi primera oportunidad de disfrutar de la caza peligrosa ha sido increíble, y me he dado cuenta de porqué esta es una caza adictiva para los cazadores que la han probado.

liones

Mi leona

Cuando te encuentras frente a un animal, que si sale todo mal, se te puede echar encima; te estas probando a ti mismo en una situación extrema de riesgo (porque obviamente el riesgo existe). Hasta que te encuentras en esa situación no sabes como reaccionarás cuando llegue el momento, no sabes si temblarás, si el miedo te paralizará, o si por el contrario serás capaz de controlar tu miedo y hacer lo que debes, que es apuntar bien y disparar como lo has hecho siempre. Cuando cazas uno de estos animales lo haces únicamente por ti, porque tú quieres haber cazado un león en tu vida, y saber que cuando tú te pusiste delante del león hiciste lo que debías. Nadie va a entender esto, solo tú y un puñado de “locos” que como tu se han puesto delante de un león o de un búfalo…  no vale la pena ni siquiera intentar explicarlo a la mayoría de la gente.

talking

Hablando con Adam Barnard

Esta caza es peligrosa, y cuando te pones delante de la leona sabes a lo que te expones. Valga como ejemplo, que los últimos días de nuestro Safari coincidimos con unos cazadores de Córdoba, que venían a cazar dos leonas y un montón de antílopes. La primera de las leonas la cazaron sin problemas y la segunda leona les cargó antes de que le disparasen, y acabaron matándola a la carrera a solo cuatro metros de los cazadores; ya sabemos que las leonas, a veces cargan… y la estadística dice que a alguno le tenía que tocar… ¡ole por ti Antonio!!

 

Quiero agradecer a la gente de Spitskop Safaris (Adam y Jose María) lo bien que se han portado conmigo en todo momento, y sobre todo quiero reconocerles su honradez porque lo que encontré era exactamente lo que me habían prometido. Ellos dijeron que sus leones eran libres en una finca de 20.000 hectáreas y que sobrevivían allí por sus propios medios, y eso es justo lo que encontré, y puedo dar fe de que en la finca había otros leones además del mío, que vimos sus huellas en muchas ocasiones en los siguientes días, y que los oímos rugir en varias ocasiones durante las noches.

 

Y mientras miro por la ventana, aquí en Navarra, y veo las montañas verdes de mi tierra… no dejo de pensar en que he de organizar el modo para volver a ponerme pronto delante de alguno de los “Big Five”. Creo que el próximo va a ser un búfalo…

 

Manuel Corujo

 

Navarra

 

 

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mayo 12th, 2017 by JM Aranda

 

 

El mito del Bufalo Cafre

 

El Búfalo Cafre (Syncerus caffer) es un animal que ha inspirado leyendas; el gran buey salvaje africano ha sido siempre sueño (y en algunas ocasiones pesadilla) para muchos cazadores que han ido a África en su busca. Para algunas tribus africanas el búfalo es nyati, “la muerte negra”, ya que la carga de un búfalo herido es aterradora… y quien se enfrenta a ella nunca la olvida. Pertenece por derecho propio a los “Big Five”, a los conocidos “Cinco Grandes” de la caza peligrosa del mundo.

 

Hay otros “toros salvajes” que se pueden cazar en diversos puntos del planeta. Los enormes búfalos de agua asiáticos, que se pueden encontrar en Argentina o en Australia, o los bisontes americanos (mal llamados búfalos por el gran público)… pero ninguno le llega ni de lejos a la agresividad y al mal temperamento que demuestra el búfalo africano…; es su fama de animal peligroso y vengativo la que hace latir a cien el corazón del cazador que lo persigue.

Caffer Buffalo

Bufalo Cafre

El cazador español parece tener dos especies “icono”, que son las que más demanda cuando viaja a África… el humilde facochero, porque nos recuerda nuestros duros y esquivos jabalíes… y el búfalo… que a nuestros ojos se muestra como el toro bravo , negro y peligroso, que pasta en nuestras dehesas ibéricas. Los organizadores de Safaris que no están demasiado acostumbrados a tratar con clientela española no dejan nunca de sorprenderse de la insaciable sed de cochinos de cualquier especie (facocheros, bushpigs, potamoqueros… da lo mismo) que muestra el cazador español… y su gran demanda constante de búfalos y la admiración hacia esta especie.

 

Quizás porque el cazador español sabe lo que es acercarse a un “toro” salvaje, y el peligro que entraña… le da un valor especial a la caza del búfalo africano… que otros cazadores de otras nacionalidades tardan mucho más en entender.

 

Bufalo en la sabana

Bufalo en la Sabana

 

Subespecies y distribución geográfica

 

El búfalo cafre, o búfalo africano se extiende prácticamente por toda África, pero atendiendo a su distribución geográfica por el continente el Safari Club Internacional (SCI) distingue cinco subespecies del mismo.

  • búfalo cafre o búfalo del cabo (Syncerus caffer caffer) que es el que da nombre al grupo, por ser el mayor de tamaño, el mas frecuente y el más representativo de todas las subespecies. Los machos adultos presentan un gran “boss” que es como se denomina al característico “casco” de cuerno que cubre completamente su frente de lado a lado.
  • búfalo del Nilo o búfalo equinoccial (Syncerus caffer aequinoctialis), que habita el África central, Chad, valle del Nilo. Se trata de un animal de algo menor talla, y cuyos cuernos se caracterizan por volver hacia atrás. Normalmente se evalúa si un búfalo es o no del Nilo situando el cráneo sobre el suelo, de modo que se compruebe que los cuernos no deben tocar el suelo.
  • búfalo de bosque o búfalo enano (Syncerus caffer nanus) habita las zonas de selva de Angola, Congo, Nigeria y selvas del África Occidental… Es una animal de color rojizo de mucha menor talla que los anteriores. Normalmente su trofeo es muy discreto comparado con el de sus primos, y además carece del característico “boss” frontal duro que presentan los otros.
  • búfalo de sabana del África Central (Syncerus caffer brachyceros), es un búfalo de tamaño medio, algo menor que el búfalo del Nilo, que habita las planicies de la República Centroafricana y el Sur de Chad.
  • búfalo de sabana del África Occidental (Syncerus caffer planiceros), es de menor tamaño, algo mayor que el búfalo de bosque, y con una cuerna muy similar a éste. Recientemente el SCI ha decidido separar estas dos últimas subespecies, ya que están taxonómicamente bastante diferenciadas, y este búfalo, que habita en Benin, Burkina Faso o Camerún es considerablemente menor que el centroafricano.

De entre todas las subespecies que reconoce el SCI y Rowland Ward, la más abundante, y la que con mayor frecuencia nos vamos a encontrar cazando es el búfalo del cabo, que es la de mayor tamaño, la más agresiva y la que mejor trofeo porta. Esta es la que se extiende por la zona Sur y Este del Continente Africano, que son los destinos cinegéticos más habituales para el cazador internacional (Sudáfrica, Tanzania, Zimbawe, Bostwana, Mozambique…)

 

Cape Buffalo

Bufalos bebiendo, dos viejos machos

La Caza

 

La caza del búfalo, sea cual sea la subespecie que andemos persiguiendo… es una caza arriesgada, que genera mucha adrenalina en el cazador, por que hay una latente sensación de peligro en todo momento. Es por eso que se trata de un caza que produce verdaderos “adictos” y que hay enamorados de la caza del búfalo… que repiten año tras año su experiencia en busca de esta especie.

 

El búfalo se rececha a pie, como se hacía hace un siglo, caminando con el viento de cara… y se buscan distancias de tiro inusualmente cortas. Para el cazador habituado a la caza de otros herbívoros mucho más recelosos (ya sean ciervos, antílopes, cabras…) le parecerá sorprendente que la distancia habitual de tiro del búfalo cafre estará por debajo de los 50 metros.

 

Se trata de una caza de corta distancia, rarísima vez se habrá de disparar por encima de los 70-80 metros, y en zonas cerradas, con frecuencia nos veremos en tiros “sucios” a distancias de 15-20 metros. No es un tiro con gran dificultad técnica, y con mucha frecuencia se siguen usando rifles sin visor, ya que a esas distancias los visores no son necesarios… y en el caso de que se produzca una carga de un animal herido, es mucho más fácil encarar instintivamente un rifle sin visor, y encontrar al animal.

Sin embargo, lo que resulta un tiro sencillísimo a 30 metros en un campo de tiro, apuntando a una diana de cartón; cuando nos encontramos a 30 metros de un búfalo cafre que levanta el morro y nos mira amenazador… con los nervios del momento y la adrenalina a chorro por las venas… puede resultar que el tiro deje de ser tan sencillo.

 

En áreas donde hay mucha caza furtiva por parte de las poblaciones nativas, lamentablemente podemos encontrar con cierta frecuencia con búfalos que han recibido disparos no mortales con armas antiguas y/o de pequeños calibres, no adecuados para la caza del búfalo. Como consecuencia de esos disparos el animal puede tener viejas heridas abiertas y/o infectadas que le están haciendo sufrir mucho dolor; estos animales identifican al hombre como causante de su mal, y pueden cargar contra los cazadores sin mediar provocación alguna, incluso superando su natural tendencia a alejarse de los humanos. Estos búfalos heridos previamente por cazadores furtivos o por trampas o lazos han sido protagonistas de numerosos incidentes graves con cazadores, y son especialmente peligrosos.

Cuando intentamos elegir un macho que tirar hay normalmente dos posibles objetivos, un macho dominante, que se encuentra dentro de una manada, rodeado de hembras y terneros; o un viejo macho solitario de los conocidos como “dagga boys”. Los machos dominantes  reproductores suelen estar en la flor de la vida, son hermosos y poderosos, y se encargan de defender su manada de cualquier ataque; su caza representa un reto importante, ya que el acercamiento a la manada siempre es muy complicado al haber muchos centinelas, que al menor descuido, se echaran a correr arrastrando a toda la manada. Se suelen caracterizar por cornamentas con mucho desarrollo, con mucha envergadura, y puntas relativamente altas, pelajes brillantes, y musculatura del cuello muy poderosa, auténticos guerreros y señores de su harén.

 

Los “Dagga Boys”, son los que los africanos llaman los “chicos del barro” (dagga significa barro en Zulú), éstos son los viejos machos, que ya no son reproductores, y que tras duras peleas por el liderazgo han sido expulsados de la manada por machos más jóvenes y fuertes. Normalmente estos viejos búfalos se reúnen en pequeños grupos, que viven separados de las manadas y disfrutan de esos baños de barro que los libran de los molestos parásitos. Estos búfalos son animales viejos, cuyos cuernos se han ido desgastando en longitud con el paso de los años, y son tienen menos envergadura que los de un macho dominante, a cambio, su “boss” se ha seguido desarrollando sobre su testuz y llega a formar un impresionante casco sólido entre ambos cuernos, el sueño de todo cazador.

 

Los cazadores solemos buscar con ahínco esos “Dagga Boys” ya que son el ejemplo idóneo de lo que debe ser la caza deportiva, el cazar un gran búfalo solitario, curtido en batallas con cien enemigos, quien sabe si con leones, con cuernos pulidos y desgastados por el uso… un viejo macho que ya nunca volverá a reproducirse… porque su época dorada ya pasó. Que más se puede pedir a la caza… hasta un ecologista reaccionario habría de rendirse ante esta evidencia, ese viejo búfalo que ya ha sido rechazado por la manada, con una impresionante cornamenta de “boss” sólido, es el objetivo perfecto del cazador.

 

 El trofeo

 

En cuanto al trofeo del búfalo, vale la pena señalar que tradicionalmente se solían valorar los búfalos por su envergadura, es decir la apertura máxima de sus cuernos. Esta era forma de valoración habitual que indicaba RW, pero esto representaba un problema ya que se primaba la caza de animales más jóvenes todavía en fase reproductiva, cuyos cuernos no habían sufrido ningún desgaste, y que en ocasiones ni siquiera presentaban un “boss” duro y bien desarrollado.

Viejo Bufalo con picabueyes

Viejo Bufalo con picabueyes

La valoración del SCI, que actualmente está tomando mucha fuerza, y que se considera más ajustada a la caza sostenible, valora la longitud de los cuernos y también la anchura del “boss” del animal, de modo que los viejos machos, cuyos cuernos han sufrido un desgaste y son más cortos, tienen por el contrario una excelente valoración por la anchura de su “boss”. Esta nueva tendencia hace que se valoren mucho los trofeos de esos viejos “dagga boys”, que quizás no tienen tanta envergadura, pues sus cuernos se han ido desgastando con el paso de los años, pero que presentan un desarrollo impresionante en su “casco” de cuerno sobre la testuz.

bufalo

Bufalo emboscado, esas zonas les encantan

La forma de los cuernos no tiene relevancia a la hora de valorar un búfalo, y es algo que solo afecta al gusto personal de quien los ha de cazar. Los hay desde muy abiertos, hasta completamente rizados, o hay machos cuyas puntas vuelven hacia atrás. Ninguno es mejor que otro, y simplemente  en unas zonas son más frecuentes unas formas que otras, sin que por ello tengan más o menos valor cinegético. Un búfalo joven tiene las puntas de los cuernos muy altas, por encima del nivel del cráneo, y el “boss” no está completamente endurecido; conforme va envejeciendo, los cuernos se van desgastando y reduciendo su longitud, mientras que el “boss” se sigue desarrollando, ensanchándose y haciéndose más y más sólido.

 

Para valorar en el campo, a simple vista un búfalo, la referencia que debemos tomar son sus orejas cuando nos mira de frente.  En un buen búfalo las orejas deben quedar por dentro de la curvatura interior de los cuernos, y se considera un búfalo excelente aquel que le quepa “un paquete de tabaco” entre el extremo de las orejas y la curvatura interior de los cuernos. Pero sobre todo lo que el cazador debe buscar siempre es abatir un buen búfalo maduro, viejo, con un buen “boss” que le otorgue personalidad, y que sea el testimonio de haber pasado una vida dura, que le ha llevado a convertirse en un veterano “dagga boy”.

 

Pero en el caso de los búfalos, hay que recordar que todo macho maduro, cazado con un buen lance, que haya hecho sentir al cazador la adrenalina de haberse visto las caras con “la muerte negra” es un excelente trofeo, que debe hacerse sentir orgulloso al cazador que lo ha podido abatir.

 

 

Los calibres adecuados

 

Los búfalos encajan muy bien los tiros… son animales excepcionalmente duros… y es muy difícil derribarlos al primer disparo. Es por esto que a pesar de que el mínimo legal para cazarlos en casi todos los países es .375 (en algunos es el 9.3mm), es muy recomendable usar calibres aun más contundentes.  Pero dado que el venerable 375 H&H es el más popular de todos los grandes calibres africanos (por su polivalencia y grandes cualidades balísticas), la mayoría de los búfalos que se cazan deportivamente son cazados con 375 H&H. No se usa frecuentemente el 375 H&H porque sea el calibre más adecuado, sino porque es el rifle que más habitualmente traen los clientes, que quieren cazar el búfalo de sus sueños con su propia arma, y en ocasiones llevan tiempo preparándose en sus países de origen para hacerlo perfectamente. Muy poca gente compra un rifle con calibre superior al 375 H&H, que saben que probablemente usarán dos o tres veces en su vida, y sin embargo si adquieres un 375 H&H es mucho más polivalente se puede utilizar en la caza de otras especies en distintas partes del mundo.

 

Balísticamente vale la pena destacar que mientras que un 375 H&H monta una punta de 300 grains y nos da unos 6300 julios de energía en boca; si pasamos a calibres del tipo 416 Rigby, montamos puntas de 400 grains con una energía de 7600 julios. Cualquier proyectil con peso de 400 grains o superior, es idóneo para la caza del búfalo, ya que el animal acusará más profundamente el disparo recibido que con los 300 grains de un 375 H&H. El 375 H&H mata los búfalos, por supuesto que los mata, pero cuando se le dispara con este calibre, aun con disparos bien colocados en el triangulo vital corazón-pulmones, el búfalo no “acusa” el impacto recibido, encaja bien el tiro, y comienza a correr tras la manada, para la desesperación del cazador que ha ejecutado un tiro impecable. El 375 H&H es un excelente calibre (uno de mis favoritos), y además es el calibre que más búfalos mata cada año… pero desde luego el cazador que lleva un 375 H&H en las manos no ha de sentir que lleva un “cañón” y que el búfalo va a rodar cuando le dispare… el 375 H&H es el calibre mínimo para cazar búfalos con seguridad.

375 H&H

375 H&H el calibre de leyenda

Por supuesto, en el caso de que se produzca una carga contra nosotros, y tengamos que realizar un disparo que detenga al animal… cuanto mayor sea el calibre que llevamos… mas posibilidades tendremos de poder pararlo. Y si hay una carga…  nos estamos jugando mucho. Hay una regla de oro en la caza de búfalos… “lleve el rifle más grande que usted pueda manejar con seguridad y confianza”.

 

Los tradicionales rifles dobles, o rifles Express son especialmente adecuados para la caza del búfalo, ya que permiten al cazador un segundo disparo de manera casi inmediata, con frecuencia antes de que el animal inicie su carrera, cuando aun está parado, acusando el primer disparo. Ese tiempo precioso que nos regala el rifle Express, al ahorramos al no tener que accionar el cerrojo para cargar de nuevo, nos puede permitir un disparo en mucha mejor situación… y con frecuencia es definitivo para derribar al búfalo. Los grandes calibres propios de los rifles Express, con puntas pesadas y lentas, como el 450/400; el 450 Nitro o el super conocido 470 Nitro, son calibres excelentes para enfrentarnos al búfalo cafre.

 

Los búfalos no suelen caer al primer disparo, y tampoco suelen cargar contra el cazador cuando encajan el tiro (alguna vez lo hacen… pero no es frecuente); de modo que si no le pegamos muy bien, lo normal es que el animal huya siguiendo a la manada. Si por el contrario va muy pegado, y la colocación del disparo es correcta, en unos cientos de metros el animal entrará en colapso, y morirá. Cuando el disparo no es mortal, y lo empanzamos o no alcanzamos órganos vitales, el seguirá a su manada y nos obligará a un peligroso pisteo.

 

En el caso de tener que pistear un búfalo herido, se trata de una de las situaciones más peligrosas que cualquier cazador puede vivir… ya que cuando un búfalo esta herido suele esperar emboscado a los cazadores… y cuando estos se acercan a él… lanza una carga mortal, a muy corta distancia, con intención de matar a quienes lo han herido. Si el búfalo carga, el disparo al corazón ya no vale, porque lo matará, pero no lo detiene, y aun herido de muerte llegará hasta nosotros; solamente un disparo al cerebro o a la columna vertebral es capaz de detener esta carga asesina.

Un blanco muy pequeño, que viene moviéndose arriba y abajo, un disparo de muy difícil ejecución, que es mejor no llegar a tener que hacer nunca, ya que ni el mejor tirador es capaz de asegurar con certeza que podrá poner su proyectil en el cerebro de un bufalo furioso que viene a la carrera hacia nosotros bamboleando su cabeza.

 

Las puntas que elijamos para nuestra munición son también determinantes para el éxito. Normalmente se recomienda que las dos primeras balas sean expansivas, tipo “soft point”, que expandan y hagan el mayor daño posible, y si alcanzamos la zona de corazón-pulmones (nuestro principal objetivo) hagamos mucho destrozo. Serán puntas expansivas, pero de camisa muy gruesa, para seguir manteniendo mucha penetración, ya que recordemos que nos encontramos ante uno de los animales más duros a los que nunca nos enfrentaremos.

Las balas sólidas también son adecuadas, ya que son las que nos permiten alcanzar los órganos vitales desde cualquier ángulo, o atravesar maleza o arbustos sin desviarse. En caso de carga del búfalo, las balas sólidas son las idóneas para buscar ese tiro al cerebro que consiga detener la carga. Así que la combinación clásica recomendada por los grandes cazadores profesionales africanos para meter en el cargador es “Blanda – Blanda – Sólida – Sólida”.  No es necesario recordar, que en este tipo de cacerías, que nunca son económicas, hay que llevar la mejor munición que podamos conseguir, y haberla probado suficientemente en nuestro rifle; la munición es la parte más barata del safari, y puede ser la diferencia entre el éxito y el fracaso.

 

 

 

 Conclusión

 

Aquellos cazadores que están enamorados de África, aquellos que están completamente envenenados por la caza africana, saben que van a volver una y otra vez allí… mientras su edad y sus circunstancias se lo permitan… y también saben que acabarán encontrándose frente a frente con un búfalo cafre, eso es solo cuestión de tiempo…

 

El búfalo cafre es el más abundante en la Naturaleza de los “Big Five”, es el más cazado en todo África… y sigue siendo objeto de deseo por parte del cazador aun después de haberlo cazado.  Algo tiene esa mirada agresiva de un viejo macho cuando levanta amenazador el morro cogiendo viento… para intentar detectarnos…. Algo que te hace saber que el viejo búfalo siempre es un adversario formidable, y que si no haces tu parte muy bien… si te equivocas en algo, si tu bala no es la adecuada, o si no la sabes colocar donde debes… ese búfalo te va a vender cara su piel… a veces … muy cara.

 

Jose María Aranda

Spitskop Safaris

www.spitskop.co.za

 

Fotos : Autor, Jose Antonio Fernandez de Alava y Manuel López Martínez

 

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