Caracal : El lince africano

Distribución y comportamiento

El Caracal (Linx Caracal) es un felino de talla media, de pelo raso y color rojizo a leonado, que se distribuye  por todas las zonas desérticas y aridas del continente africano, desde el Sahara hasta Sudafrica , y también por las zonas aridas de Asia Menor y Oriente Medio. Habitualmente no se le encuentra en las  zonas boscosas y selváticas, pero con diferentes densidades según las áreas geográficas, coloniza prácticamente todo el resto de los hábitats.

Se trata de un carnívoro oportunista y muy adaptable, por lo que es capaz de prosperar en entornos bastante hostiles, y sus capacidades como depredador le permiten adaptarse a las presas que abunden en su entorno. Su comportamiento eminentemente nocturno le protege de los encuentros indeseados con humanos, por lo que su presencia suele pasar inadvertida. Normalmente es un animal solitario, excepto en la época de celo, en que se juntan las parejas durante un corto periodo de tiempo. Los machos alcanzan un peso desde 12 hasta 19 kilos, mientras que las hembras  son considerablemente más pequeñas y rara vez sobrepasan los 11 kilos.

Este interesantísimo felino es un depredador muy eficaz, tiene una habilidad única en la caza de aves. Tanto recechándolas en tierra, y capturandolas con grandes saltos, como atacando sus nidos incluso en las copas de los arboles. Sin embargo dependiendo del tipo de presas que abundan en cada área, los caracales de la zona se especializan en una caza u otra. Los estudios indican que los caracales del Norte de Africa están más especializados en las cazas de aves, mientras que los del Sur de Africa se alimentan con mucha frecuencia de crias de antílopes, e incluso cazan algunos antílopes adultos de las especies de menor talla (como Springboks, duikers, etc…).

Sirva como ejemplo que mi amigo sudafricano Adam Barnard (dueño de Spitskop Safaris) encontró el pasado año un Springbok macho recién muerto una mañana de primavera, con indicios de que había sido cazado por un caracal grande (estamos hablando de un antílope que lo triplica en peso); decidió esperarlo al atardecer armado de un rifle de pequeño calibre, y justo antes de anochecer apareció un gran macho que volvía a comer de su presa de la noche anterior. Adam lo abatió con un disparo del 22-250 y el felino dio el record del Eastern Cape del año pasado.

 

Su caza

Este pequeño felino es una especie ampliamente deseada por los cazadores de Safaris, por su comportamiento esquivo, y la dificultad de su caza, que lo convierten en un trofeo preciado, no tanto por su valor económico (no es un trofeo caro) como por la dificultad en conseguirlo.

Hay básicamente dos modos de cazarlo

• La caza de oportunidad. Siendo un animal cuya actividad es eminentemente nocturna, hay ocasiones de encontrarlos mientras patrullan su área de caza a primera hora de la tarde, o al atardecer, o mientras “fareamos” de noche en busca de antílopes nocturnos. En las contadas ocasiones en que nos encontramos con un caracal por azar, debemos ser rápidos, ya que apenas nos dara un par de segundos para apuntar y disparar.
• La caza mediante perros de rastro. En algunas áreas (no demasiadas) la caza del caracal con perros está permitida, en ese caso se usan perros de rastro que seguirán incansablemente al felino hasta conseguir que se suba a un árbol huyendo de los perros.

El safarista que tiene en mente la posibilidad de cazar un caracal debe preguntar si en su área de caza se puede cazar con perros o no. En caso de que si que se pueda, es una caza muy interesante, ya que seguir a los sabuesos cuando pillan un rastro fresco de caracal es un tarea físicamente exigente, porque los perros se mueven deprisa, y el felino tiende a avanzar por las áreas más cerradas y de paso complicado. El lance final suele ser un disparo de ejecución relativamente rápida, que se hace a poca distancia.

En cualquier caso, la aproximación al sitio donde los perros tienen acorralado al “gato” debe hacerse  con decisión y el disparo ha de ser ejecutado rápido, porque si el caracal nos ve llegar, puede decidir saltar por encima de los perros y la persecución comenzara de nuevo. El disparo se suele hacer a corta distancia, pero puede no resultar sencillo porque normalmente sobre un blanco que estará hecho una “bola” en la copa del árbol, y su silueta apenas se distingue por las hojas.

Si no es posible organizar la caza con perros porque en esta zona no está permitida, siempre existe la posibilidad de encontrar un ejemplar por azar, mientras cazamos otras especies, especialmente al amanecer y al atardecer.  Es muy conveniente haber avisado a nuestro Cazador Profesional (PH) que estamos interesados en el caracal, para que esté especialmente atento, y aprovechar la oportunidad si se nos presenta.

Armas y calibres

Dependiendo del tipo de caza que estemos realizando, tendremos oportunidad o no de elegir un rifle adecuado. Si nos surge una oportunidad inesperada de tirar un caracal mientras estamos cazando otras especies… sencillamente le dispararemos con el arma que llevemos en las manos en ese momento, porque no nos dara ninguna otra oportunidad, asi que intentaremos aprovecharla con el rifle que tengamos, sea del calibre que sea.

En el caso de que sea una caza de caracal “programada” que está siendo realizada con perros, las opciones normalmente son tres

. un rifle normal con munición militar o  blindada (Full Metal Jacket)

. un rifle del calibre 22 o del 22 magnum

. una escopeta con cartucho zorrero  del 00

Estos calibres  nos permitirán abatirlo con menos daños para la piel de felino, ya que una bala expansiva normal puede arruinar nuestro ansiado trofeo.

Conclusión

La caza de felinos no es exclusiva de los exclusivos y caros leones y leopardos… un humilde caracal es una especie difícil de conseguir, y representa una bonita entrada en la difícil caza de depredadores.

En cuanto a su naturalización, me voy a permitir hacer una recomendación personal. El caracal es un animal que luce mucho en cualquier sala de trofeos, este pequeño depredador suele presentarse como taxidermia completa, que es la forma en que se puede apreciar su majestuosidad y su belleza. La taxidermia de los felinos siempre es complicada (mucho más que la de ningún herbívoro), que el taxidermista sea capaz de reflejar la expresión de la cara de un felino es siempre un reto, y en esta especie es especialmente desafortunada la expresión de esa cara de “enfadado” enseñando los dientes, que tan poco natural resulta. Si usted tiene la suerte de cazar un caracal elija con cuidado quien será el taxidermista que realizará su naturalización, ya que solo un taxidermista con experiencia en felinos será capaz de conseguir esa expresión natural que todos deseamos.

No es una especie exclusiva, no es una especie cara… pero es una especie muy difícil de conseguir. Si durante alguno de sus safaris tiene oportunidad de cazar un caracal… hágalo, no lo lamentará. Este lince africano es todo un reto para el cazador, y una satisfacción cuando se consigue.

 

Jose Maria Aranda

arandalaudo@gmail.com

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